La competitividad en España
Competitividad es el resultado de eficacia operativa (o sea, productividad) más diferenciación percibida (imagen de marca). En el nuevo Gobierno se le da mayor protagonismo a este concepto ya que es parte del nombre de un ministerio muy importante, el Ministerio de Economía y Competitividad, que se ocupa de economía, comercio e investigación y desarrollo e innovación y lo dirige D. Luis de Guindos, un peso pesado. Aquí ya hay una contradicción. Si la competitividad es tan importante para formar parte del nombre del ministerio, ¿por qué la función está en un tercer nivel?
Dependiendo de la Secretaría de Comercio han nombrado a D. Miguel Temboury subsecretario de Competitividad. En realidad, el cometido del señor Temboury, buen profesional de la abogacía según mis referencias, estará más bien orientada gestionar temas de competitividad interna, desde una perspectiva legal, que en fomentar la capacidad competitiva de las empresas españolas. Está muy bien, es útil; pero no es lo realmente importante y que ahora nos hace falta.
Lo que necesitamos es aumentar el volumen de los negocios -¡ventas y cobros!- fuera de nuestras fronteras. Aquí no hay dinero, así que habrá que ir a buscarlo allí donde esté. Lo realmente crucial es aumentar la competitividad internacional de las empresas españolas. O sea, mejorar la eficacia operativa y lograr, o aumentar, la diferenciación percibida de los productos y servicios españoles apoyados cada uno en su propia marca. Pero detrás, dando soporte, debe estar una marca corporativa potente, nuestra marca España.
¿Quién se va a ocupar de esto? Industria, turismo y agricultura son actividades importantes para la internacionalización y cuentan con ministerios responsables. Pero también hay que promover servicios profesionales, telecomunicaciones, banca, obras civiles, nuevas tecnologías, venta de tecnología y know-how y otros sectores que deberían pronunciarse. ¿Quién se va a ocupar de esto? ¿Quién será el guardián de la marca España?
Decían que el señor Rajoy iba a integrar Exteriores con negocios. ¿Será así? No está claro, en Exteriores no hay ninguna secretaría que parezca ocuparse de este aspecto. Se habla de orientar la diplomacia hacia los negocios, pero no se ven indicios concretos. Aunque parece que el nuevo ministro de Exteriores, D. José Manuel García-Margallo, piensa en esta línea. ¡Ojalá!
¿Y el Icex? Que siempre ha dependido de Comercio, ¿puede ser momento para pasarlo de Exteriores? Tal vez habría que reflexionar otra vez sobre quién debe ocuparse. Hace falta un coordinador único ¿Por qué no se les habrá ocurrido crear un MdeI (Ministerio de Internacionalización), algo como el MITI japonés? Donde podría haber un responsable de la marca España.
Insisto, ¡cuidado! No se trata solo de mejorar la productividad, hay que mejorar la competitividad. Es decir, productividad más prestigio de marca y en prestigio de marca país estamos fatal.
Al único que he oído hablar de la marca España, con entusiasmo, es a D. Miguel Arias Cañete, que dice va a promover la agricultura apoyándose en el prestigio de los chefs españoles. Una buena idea- El señor Rajoy también la mencionó en el discurso de investidura, pero hay que hacer algo más que hablar de ella. Hay que entender qué significa y hacer un plan coordinado. ¡Ah! Sin olvidar que la coordinación debe integrar a las autonomías. Competidores en casa, aliados fuera
¡Feliz año nuevo a todos! Y que sea más próspero de lo que nos auguran
Raúl Peralba. Presidente de Positioning Systems