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Uno de los padres debe estar autorizado para gestionar los productos

Los niños cambian la hucha por su primera cuenta corriente

Los bancos ofrecen regalos, planes de ahorro y reinversión de dividendos para menores

El dinero es menor de edad y a los menores de edad hay que cuidarlos. Ahorrar es una costumbre que se inculca desde la infancia, al igual que otros tantos hábitos. Pero los nuevos tiempos traen nuevas prácticas y la tradicional hucha con forma de cerdito ha dado paso a toda una batería de alternativas de inversión. Es la maniobra de bancos y cajas para atraer las pagas, los aguinaldos y los regalos que reciben en efectivo los más pequeños de la casa. Un método para asegurarse una base fiel de clientes para el día de mañana.

Trámites para abrir la cuenta

1Las cuentas corrientes están pensadas para mayores de edad, pero los niños pueden acceder a una si cumplen ciertos requisitos. El menor será el titular pero uno de sus padres debe figurar como representante legal. Para abrir la cuenta hace falta una copia del DNI del chaval. Pero en caso de que no lo tenga -algo habitual entre los más pequeños-, los padres tienen una alternativa: solicitar a la Agencia Tributaria que emita un código de identificación fiscal (CIF) provisional para el niño. Asimismo, se debe entregar al banco una copia del libro de familia y un justificante de ingresos del progenitor que vaya a estar apoderado para utilizar la cuenta. Dicho justificante puede ser una copia de la nómina, del contrato o de la vida laboral y se entrega para cumplir con la norma sobre prevención del blanqueo de capitales.

Ventajas y límites del producto

2Las cuentas corrientes para menores son productos transaccionales básicos y apenas se diferencian los unos de los otros. En términos generales, las entidades no remuneran el dinero atesorado. Sin embargo, hay grupos que ofrecen regalos cuando se abre el producto o se realizan ingresos superiores a determinadas cantidades. Es el caso de BBVA, que entrega el álbum y una caja de cromos de la Liga de Fútbol Profesional. Novagalicia Banco, a su vez, permite acumular puntos con cada ingreso o por mantener un saldo determinado que luego se intercambian por regalos. CaixaBank entrega un cubo de Rubik al contratar el producto.

Los menores de edad no pueden tener acceso a tarjetas de crédito y solo cuando alcanzan la adolescencia pueden contar con plásticos de débito a su nombre. Por eso tarjetas como la conocida Blue Joven exigen tener 15 años para contratarlas.

Ahorro periódico

3Una alternativa que presentan con frecuencia las entidades a los padres interesados en que su hijo establezca sus primeras relaciones financieras son esquemas de ahorro periódico. Habitualmente, estos productos se estructuran bajo un seguro de vida o una cuenta de ahorro y exigen efectuar aportaciones de dinero de manera recurrente.

Un ejemplo es el Plan Gaztegui de BBK, entidad que acaba de formar Kutxabank junto a Caja Vital y Kutxa. Este producto demanda hacer un ingreso mínimo de 120 euros por ejercicio. El pago se puede fraccionar y realizarlo cada mes, al trimestre, al semestre o una vez al año. El Plan Gaztegui lleva aparejado un seguro de accidentes según el cual, en caso de que fallezca el representante legal del menor que estaba autorizado en la cuenta y el saldo de la misma supere los 600 euros, el niño recibirá una pensión de 200 euros al mes hasta que cumpla la mayoría de edad. El producto ofrece un interés de la mitad del euríbor a un año cuando el saldo rebasa los 300 euros.

Banca Cívica cuenta con su Plan de Ahorro Infantil. Este exige realizar una aportación mínima equivalente a 60 euros al mes, aunque se puede desembolsar con la periodicidad que se desee. El producto también viene acompañado de una póliza de accidentes según la cual, si fallece el progenitor o tutor, el niño recibirá hasta los 18 años una renta equivalente a las contribuciones periódicas pendientes por el importe medio que venía realizando. El plan renta intereses, pero también impone penalizaciones si se retira antes de cumplir su cuarto año de vida (3% el primer año, 2% el segundo y 1% el tercero).

Santander, por su parte, ofrece la posibilidad de contratar una cuenta remunerada que renta un 2% TAE y está exenta de comisiones pero que, al ser un producto de ahorro, no permite domiciliar recibos.

Pequeños accionistas

4La reinversión de dividendos en nuevas acciones es una práctica que ha ganado adeptos entre los bancos en los últimos dos ejercicios ante la necesidad de reforzar sus ratios de capital en tiempos de adversidad. Sin embargo, los llamados scrip dividends han estado muy extendidos entre el público infantil. Desde hace varios años, los grandes bancos españoles ofrecen a los padres comprar acciones de la entidad a nombre de sus hijos y que los dividendos que generen se dediquen a la adquisición de nuevos títulos, de forma que cuando el chaval alcance la mayoría de edad disponga de una cartera de valores de cierta entidad.

En el caso de Santander y BBVA, son los dividendos que generan sus títulos los que van destinados a incrementar la cartera del pequeño cliente. En el banco que preside Francisco González, el poco saldo que resta en la cuenta de reinversión de dividendos entre compra y compra de nuevas acciones se remunera con una rentabilidad del 8% TAE. Banco Popular, por su parte, destina a este fin los dividendos generados por todos los valores a nombre del menor, no solo los provenientes del propio banco. Además, el saldo remanente en la cuenta de reinversión renta un 10,25% TAE.

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