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¿Ataque especulativo o huelga de compradores?

La discrepancia entre las lecturas del mercado de deuda y el comportamiento de otros indicadores lleva varios días despistando a los que tenemos la insana costumbre de observar los mercados. No tiene sentido que la deuda española cotice a un nivel que descuenta elevadas posibilidades de impago o de ruptura de la zona euro mientras Wall Street hace como que la cosa no va con ella. No tiene sentido que los indicadores de tensión en el mercado interbancario se hayan disparado a máximos en Europa y Santander cotice a niveles apenas un 10% inferiores a los de mediados de agosto, plazo en el que la prima ha subido casi 100 puntos.

Si fuese a romperse el euro, ya lo hemos dicho, la debacle financiera sería de tal calibre que la crisis de 2008 parecería un juego de niños. El mercado, en conjunto, no descuenta eso. Es más, en los últimos meses la correlación entre distintos indicadores (euro, petróleo, oro, bolsas, bonos) ha alcanzado cotas nunca vistas... Y precisamente cuando el gran monstruo asoma el hocico (que es cuando todo el mercado tendría que cotizar este gran riesgo), aparecen las divergencias. No tiene sentido.

¿Qué pasa en el mercado de deuda? Intentemos arrojar algo de luz. Más abajo podrán ver un pantallazo de Bloomberg que parece el cuadro de mandos de una nave marciana. No lo es. Son los cruces de precios de una emisión de deuda del Tesoro español a 10 años, tomada algo antes de las 9 de hoy, cuando la prima superaba los 500 puntos. Las columnas numéricas incluyen los precios de compra y de venta genéricos (las dos primeras filas) y los que ofrecen las mesas de negociación de los bancos. La columna de la izquierda son precios y la de la derecha rendimientos [en la negociación de bonos, el precio y el rendimiento se mueven a la inversa; como el pago de intereses que paga el Tesoro es fijo, cuando se compra a un precio bajo, el tipo de interés que recibe el comprador, medido en porcentaje sobre lo que ha pagado, sube].

Se ve, pues, que la diferencia entre el mejor precio de compra y de venta calculado por Bloomberg es de casi 20 puntos básicos. Y algunas mesas de negociación ponen órdenes de compra al 7,115% y de venta a 6,417%, una diferencia de casi 70 puntos; un 10% si se mide según el precio. Una cifra abismal. Por ponerlo en contexto, en la Bolsa la horquilla entre los mejores precios de oferta y demanda de BBVA es del 0,03%. La horquilla en cotizaciones del bono alemán, del 0,048%, en el bono británico del 0,026% y en el sueco (mucho menos líquido), del 0,21%. En el bono español, la distancia entre los mejores precios es de casi el 1,5%.

¿Qué quiere decir esto? Es como si, al comprar una casa, el comprador pida 300.000 euros y el vendedor ofrece 50.000. No se cruzarán apenas operaciones, pero cuando se hagan las variaciones serán muy elevadas. Hoy, en la práctica, apenas hay mercado de deuda en España, la liquidez está completamente seca. Nadie compra ni vende y los precios que fijan los operadores se alejan mucho entre sí. "Están con la caña preparada a ver si cae algo", comenta un operador.

En otras palabras, hay que preocuparse, sí. Pero mucho menos de lo que habría que preocuparse si la prima de riesgo se disparase en un mercado mucho más líquido. Eso sería señal de que los propietarios de bonos españoles están vendiendo a manos llegas. Pero la inestabilidad de estos días es señal de otra cosa, implica no tanto un ataque a gran escala como una una huelga de compradores. No se atreven a entrar en el mercado porque sigue habiendo mucha presión bajista sobre la Europa del Sur. Y, ¿para qué comprar algo a 100 si mañana lo podermos comprar a 80?

La parte mala es que los precios del secundario (las compraventas de bonos) se trasladan al primario (cuando el Tesoro vende bonos en subastas como la de ayer). Y eso sí hay que pagarlo, año tras año los intereses que pagará España por las emisiones de este 2011 serán un peso para las arcas públicas.

Por eso la Bolsa (y los bancos, tan sensibles a la prima de riesgo) aguantan estos días. Eso no quiere decir que, en próximos días, la discrepancia entre Bolsa y deuda se resuelva por el lado negativo. De hecho, ya comentamos casi a diario que el deterioro de la situación en el mercado de deuda expone al sistema financiero a un riesgo de colapso.

Lo surrealista del caso es que en Fráncfort y Berlín se utilicen tanto las anomalías del mercado como los ataques especulativos para imponer una determinada agenda de política económica y, también, de poder político. Pero esa es otra historia. Hasta la cumbre de diciembre o, en el peor de los casos, hasta que los vencimientos del primer trimestre pongan a España e Italia contra las cuerdas, seguiremos hablando de nuestra prima, la del riesgo.

Música contra la crisis. Hoy, con retraso y cortesía de guille @gsvega, The Raconteurs, Many Shades of Black Sígueme (si quieres) en Twitter: @Nuno_Rodrigo5

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