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Columna
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Olympus herido

Parece poco probable que Olympus se derrumbe rápidamente como la caída de sus acciones. Multas, amortizaciones y, en un escenario hipotético, la exclusión de la cotización de sus acciones, son un duro golpe para la empresa, que está muy endeudada. Pero su núcleo de negocio de equipamiento médico le da fuerza. Una huelga de proveedores, acreedores y clientes podría acercarla al borde, pero es una posibilidad remota.

Las acciones del grupo japonés han perdido cuatro quintas partes de su valor desde que se despidió a su presidente ejecutivo británico por irregularidades contables. Pero la cantidad potencial de multas de alrededor de 1,8 millones de yenes y una exclusión de la cotización en Bolsa no es ni fatal ni irreversible.

Que Olympus tenga que dar por perdida la buena voluntad conectada a algunas absorciones supone un riesgo mayor. Eso reduciría el valor de la empresa, aunque no la hundiría. Es cierto que un gran ajuste podría asustar a los prestamistas de los 435.000 millones de yenes de deuda neta de Olympus. Pero alrededor del 70% está en manos de grandes bancos nipones, con menos probabilidad de alejarse de la empresa que los inversores de bonos. Luego están los proveedores y los clientes. Con su casi 75% de cuota del mercado de endoscopios, no es probable que los clientes cambien de marca por problemas técnicos de contabilidad. El negocio de la tecnología médica por sí solo vale ahora más que la capitalización total de mercado de Olympus, según los cálculos de Breakingviews. Los mayores accionistas de Olympus se mueven para pedir una asamblea extraordinaria, que les daría la oportunidad de reemplazar al consejo. Si tienen éxito, el escándalo podría dejar un negocio más eficiente. Por ahora, los accionistas de Olympus tienen razón en preocuparse, pero no necesitan entrar en pánico.

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