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Evangelos Venizelos

La tijera del Gobierno griego

Ha sido una dura semana para el negociador del rescate griego. Para Bruselas representa la credibilidad tras su oposición al referéndum de Papandreu.

La tijera del Gobierno griego
La tijera del Gobierno griego

Ha dirigido el Ministerio de Finanzas más difícil de la Unión Europea. Ha impuesto a sus compatriotas recortes draconianos para hacer frente a un déficit presupuestario superior al 10% y a una deuda que se aproxima al 150% del PIB. Incluso hace poco tuvo que salir del cine, expulsado por los silbidos del público. Cuando aceptó el cargo, en junio de este año, anunció que dejaba "la defensa para ir a la guerra real". Evangelos Venizelos, 54 años y seis carteras ministeriales a cuestas -la última la de Defensa-, carecía de experiencia para el puesto, pero aprende rápido. En realidad, no fue la primera opción de Papandreu, primer ministro y rival, para salvar a Grecia de la quiebra. Venizelos, renuente, aceptó a cambio de ser nombrado viceprimer ministro.

Un encargo difícil y con el jefe en contra. Que Venizelos y Papandreu están enfrentados desde que comenzó la crisis es algo de dominio público en Grecia. Esta semana el enfrentamiento rozaba la humillación. Seis meses de mucho estrés y la bomba del referéndum lanzada el lunes por el primer ministro enviaron al titular de Finanzas directamente al hospital, aquejado de "un fuerte dolor abdominal". Venizelos, que había estado liderando las conversaciones con la UE, el FMI y los bancos griegos sobre el rescate financiero y la condonación de la deuda helena, no tenía idea de la jugada de Papandreu. A su regreso de Cannes, Venizelos aseguraba que la pertenencia de Grecia a la eurozona es una "conquista histórica" que "no puede depender de un referéndum". Los socios europeos ya lo veían como el primer ministro de facto, después de que fuera Venizelos -y no Papandreu- quien les comunicara oficialmente la cancelación del referéndum.

Evangelos Venizelos, un experto constitucionalista y prolífico escritor, siempre ha tenido una idea en mente: ser el líder de su país. Los cables de Wikileaks retratan a un político beligerante, orgulloso, a veces cáustico, ingenioso y amenazador. Bueno, puede que a esto último contribuya su figura.

Venizelos no siempre ha sido en Grecia el malo de la película. Siendo ministro de Cultura, exigió al director del British Museum la devolución los mármoles del Partenón que el conde de Elgin se llevó de la Acrópolis hace casi 200 años y que actualmente se exhiben en el museo londinense. Era la primera vez que un director del Museo Británico se reunía con un miembro del Gobierno griego para hablar de los disputados mármoles. El sueño de Venizelos era llevarlos de vuelta a casa para las Olimpiadas de 2004, que él se encargó de organizar. No convenció a los británicos pero terminó las infraestructuras olímpicas a tiempo, aunque a un coste muy superior al previsto.

El político nació el día de Año Nuevo de 1957 en Tesalónica, la segunda ciudad griega. Está casado con Lila Bakatselou y tiene una hija, Elvina. En 1974, con la llegada de la democracia a Grecia, fue admitido en la Escuela de Leyes de la Universidad Aristóteles de su ciudad natal. En esos años tuvo una activa participación en los movimientos estudiantiles. Más tarde, completó sus estudios en la Sorbona de París. Domina el francés, algo muy útil en los pasillos de Bruselas, y se muestra menos seguro con el inglés.

En 1984 comenzó su carrera académica, como profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Aristóteles. Compaginaba las clases con su puesto de letrado en el Consejo de Estado del Tribunal Supremo. Tres años después fue elegido consejero del Centro Nacional de la Administración Pública y al año siguiente, de la junta directiva del Banco Nacional de Grecia.

Inauguró su carrera política en 1990, con su ingreso en el Comité Central del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), fundado en 1974 por Andreas Papandreu, padre de Yorgos. No dudó en defenderle de las acusaciones de corrupción en 1989, algo por lo que fue debidamente recompensado. Obtuvo su primer escaño al Parlamento griego en 1993 -revalidaría el puesto en la Asamblea en otras cuatro elecciones generales, la última en 2007-, y fue nombrado ministro de la Prensa un año después. Ha ocupado las carteras de Transportes y Comunicaciones, Justicia, Cultura, Fomento, Defensa y Finanzas. La experiencia política no le bastó para arrebatar a Yorgos Papandreu el liderazgo del partido tras la derrota electoral de 2007.

Cuando Papandreu remodeló el Gabinete este verano, le encomendó el ministerio más importante, después del rechazo de Lucas Papademos, exvicepresidente del BCE y uno de los hombres de la lista para sustituir a Papandreu. Venizelos, aislado en el Ministerio de Defensa, pasó de eterno competidor a socio y viceprimer ministro. Nunca había estado más cerca del poder. Es un peso pesado de la política, pero

hasta hace poco ha estado siempre en segundo nivel. La crisis le pudo pasar factura a sus ambiciones políticas. Inevitablemente, los griegos ven a Venizelos como responsable de los fuertes recortes, pero también de soluciones que la UE ve como imprescindibles.

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