Bruselas lanza otro rescate bancario tres años después del primero
La Comisión Europea dio ayer el pistoletazo de salida para una nueva recapitalización de la banca europea, que podría absorber otros 200.000 millones de euros. La financiación del plan sigue pendiente de un acuerdo entre París y Berlín, pero Bruselas aboga ya por impedir que los bancos beneficiados repartan bonus y dividendos.
Con su grandilocuencia habitual, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, anunció ayer ante el Parlamento europeo en Bruselas la aprobación de "un mapa que traza el camino para que Europa salga de la crisis económica". El milagroso plan, de solo ocho páginas, incluye desde "una solución sostenible para Grecia" hasta "el fortalecimiento del capital de la banca europea".
El documento, sin embargo, no concreta ni cómo se evitará la quiebra de Atenas ni cuánto dinero hace falta para apuntalar la banca ni de dónde saldrá la multimillonaria ayuda. El presidente de la Comisión se remitió a la cumbre europea del próximo 23 de octubre como el lugar adecuado para obtener la respuesta a todas esas interrogantes. Un plazo que ya habían fijado la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, comprometidos a intentar zanjar antes de final de mes tanto la crisis griega como la financiera.
La intervención de ayer de Barroso no ofreció ninguna pista sobre la solución definitiva para Grecia, pero balizó el terreno para la futura recapitalización.
Los bancos socorridos no podrán repartir bonus
El portugués adelantó que el plan alcanzará a todas las entidades europeas "potencialmente sistémicas", un listado que identificó con las 90 que se sometieron a las pruebas de estrés en julio de este año, pero excluyendo a las de menor tamaño y a las que no operen a nivel internacional.
Tras el examen de julio, la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) recomendó la recapitalización de las ocho entidades cuyo ratio de capital Tier 1 no superó el 5% y de las 16 que no alcanzaron el 6%. Pero el endurecimiento temporal de los requisitos de capital anunciado ayer por Barroso elevará sustancialmente el número de bancos obligados a buscar capital (ver información relacionada en la página siguiente). La patronal de la banca alemana ya anunció su rechazo tajante a una recapitalización forzosa.
El Fondo Monetario Internacional ya ha calculado que las necesidades de capital de la banca europea ascenderán a 200.000 millones de euros, lo que se sumaría a los 300.000 millones de dinero público inyectados en la recapitalización de hace tres años.
Barroso no aportó detalles sobre la financiación de esas necesidades, más allá de sugerir que primero se cubra con la transformación de deudas en acciones o con ampliaciones de capital.
Si esa solución privada no basta, como parece muy probable, deberán intervenir los Gobiernos respectivos o el fondo de rescate de la zona euro (la FEEF o Facilidad Europea de Estabilidad Financiera). El presidente de la CE, convidado de piedra de ambas soluciones porque ninguna de ellas prevé la participación del presupuesto comunitario, no se pronunció sobre las condiciones que deberán producirse para la intervención de la FEEF. El portugués se limitó a proponer que los reguladores nacionales impidan a los bancos recapitalizados con dinero público la distribución de bonus y dividendos. La CE ya recomendó la restricción de dividendos durante la recapitalización de 2008.
Reparto de la factura
El acuerdo sobre el reparto definitivo de la factura de la nueva recapitalización sigue pendiente de las negociaciones entre Alemania y Francia. Merkel desea que la FEEF actúe solo como último recurso, mientras que Sarkozy aboga por un "plan europeo" con el fondo de rescate como pivote esencial.
La portavoz del Gobierno francés, Valérie Pécresse, pareció ayer matizar su posición al asegurar que "Francia no recurrirá a la FEEF", aunque insistió en la necesidad de "una solución colectiva europea". París parece dispuesto a evitar a toda costa que la recapitalización en marcha estigmatice a las entidades francesas, que figuran entre las más expuestas a la deuda soberana.
Barroso sí que tomó partido a favor de la "maximización" de los recursos del fondo, para poder apalancar los 780.000 millones de euros en avales de que dispondrá tan pronto como Eslovaquia ratifique su ampliación. Pero el presidente de la CE matizó que no es partidario de añadir nuevas garantías y que su apalancamiento debe hacerse dentro de los márgenes del actual Tratado de Lisboa, lo que parece excluir cualquier solución que involucre al Banco Central Europeo.
El BCE se ha negado insistentemente a aceptar que la FEEF pueda acceder a sus inyecciones de liquidez presentando deuda pública como colateral. El emisor prefiere que el fondo de rescate se limite a avalar las emisiones de deuda de países como Italia o España sin convertirse en una suerte de prestamista de penúltimo recurso. Pero esa solución no resuelve lo que parece ser el problema principal: la situación de la banca frances
Eslovaquia espera aprobar esta semana la reforma del fondo
Eslovaquia podría ratificar hoy mismo o mañana la ampliación del fondo de rescate de la zona euro, imprescindible para continuar la operación de rescate de Grecia y acometer la recapitalización del sector bancario europeo. El Parlamento eslovaco votó en contra anteanoche de la ratificación, lo que provocó la caída del Gobierno presidido por la conservadora Iveta Radicova. Pero tres de los cuatro partidos de la coalición gubernamental alcanzaron ayer un acuerdo con la oposición socialista, dirigida por el ex primer ministro Robert Fico, para llevar a cabo una votación en la que suman los votos necesarios para aprobar la reforma del fondo. Fico ha arrancado a cambio la promesa de unas elecciones generales en marzo de 2012, en las que espera recuperar el poder.La votación de Eslovaquia permitirá completar la ampliación de los avales del fondo de rescate desde los 440.000 millones de euros actuales hasta 780.000 millones. La reforma autoriza al fondo a ofrecer líneas de crédito a los países en dificultades y a colaborar en la recapitalización de la banca.El fondo debería ser sustituido en junio de 2013 por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), instrumento permanente dotado con 80.000 millones de euros en capital y 620.000 millones en garantías. El presidente de la CE, José Manuel Barroso, propuso ayer que se adelante a 2012 su entrada en vigor, pendiente de ser ratificada en los 17 países de la zona euro. De todos modos, los países disponen de tres años para hacer efectiva su contribución.