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La fusión de Popular y Pastor

Dos históricos destinados a encontrarse

Popular y Pastor comparten una gran tradición de independencia, accionistas de referencia fieles y políticas comerciales similares.

Miguel Moreno Mendieta

Las hemerotecas siempre son traicioneras. El presidente de Banco Pastor, José María Arias, aseguraba hace poco más de un año, durante la presentación de los resultados semestrales: "Ya no sé cómo decirlo, Pastor seguirá independiente". Arias quería acallar así los insistentes rumores sobre los acercamientos de Banco Sabadell y Banco Popular. Según fuentes cercanas al directivo, su respuesta ante las propuestas de mantener un encuentro exploratorio fueron: "No me siento ni a comer".

Eso era hace un año, pero por debajo de los puentes del sistema financiero español ha pasado mucha agua desde entonces. Las previsiones de una progresiva recuperación de la economía se han truncado, y con ellas, los pronósticos sobre el fin de la escalada de la morosidad y el comienzo de la recuperación de los ingresos.

Además, debajo de esos puentes también han pasado las pruebas de estrés que realizó la autoridad bancaria europea (EBA, en sus siglas en inglés). Banco Pastor fue una de las ocho entidades financieras europeas que suspendió el examen. Verse retratado con Unnim, Catalunya Caixa o CAM (todas ellas nacionalizadas o intervenidas) fue un duro golpe para la entidad.

Además de todos estos cambios, el aumento de los requerimientos de solvencia y las fallidas inversiones de Pastor en ladrillo también han sido claves para obligar al grupo a perder su independencia. La entidad presidida por Arias es el banco español con mayor exposición al riesgo inmobiliario. Sus activos tóxicos suponen el 13% del crédito, un dato mayor que la media de las cajas.

A pesar de lo dramático de la desaparición de una entidad cuyos orígenes se remontan a 1776 (aunque no fue hasta 1925 cuando se convirtió en Banco Pastor), su peculiar estructura accionarial le ha permitido, al menos, escoger al mejor pretendiente. El hecho de que la Fundación Pedro Barrié de la Maza controlara el 42% del capital ha hecho que Pastor pudiera tomarse con calma la decisión de con quién desposarse.

Establecer juicios a posteriori siempre es fácil, como mostrar valor a toro pasado, pero ahora parece que Popular y Pastor estaban condenados a unirse. Ambas entidades surgieron como banco prácticamente a la vez. Un año después de que Pastor se constituyera como banco y sociedad anónima, aparecía el Banco Popular (14 de julio de 1926).

Ambas entidades han mantenido desde siempre unas políticas comerciales muy similares: negocio bancario tradicional, escasa aversión al riesgo, presencia puramente nacional... La única gran diferencia entre ambos es que Popular había crecido mucho más rápido que su rival gallego.

En segundo lugar, las dos entidades tienen una estructura accionarial similar, en la que un núcleo duro hacía prácticamente imposible que fueran absorbidas a través de una opa hostil. En Pastor, además de la Fundación Barrié de la Maza, Novacaixagalicia controla un 5,24% de la entidad, Amancio Ortega un 5% y el empresario José García otro 5%. Por su parte, Popular cuenta con la Sindicatura de Accionistas, que es el primer propietario del grupo, al controlar el 12,8% del capital. Además, tienen varios accionistas muy estables, como la aseguradora Allianz (9,15%) o el empresario portugués Americo Amorim (6,7%).

Otro punto de unión es que los dos bancos han compartido directivos. Fulgencio García Cuéllar fue consejero delegado tanto en Popular como en Pastor. Al llegar al banco gallego, trajo consigo a Jorge Gost, el actual consejero delegado. Ambos ejecutivos han importado parte de la cultura corporativa y de la forma de gestionar de Popular, lo que podría facilitar el siempre complicado proceso de integración de dos bancos.

Por último, otra de los paralelismos está en el color y la imagen corporativa. Ambas entidades utilizan un tono rojo burdeos muy similar. Además, el logotipo es, en los dos bancos un cuadrado (con una P dentro, en el caso de Popular y con una B y una P en el caso de Pastor).

La desaparición de la condesa

En Galicia son muchos los que opinan que "con la condesa", no se habría llegado a la situación actual. La condesa de Fenosa, Carmela Arias y Díaz de Rábago, fue la presidenta de Banco Pastor durante 30 años, entre 1971 y 2001. La que fuera la primera mujer con la máxima responsabilidad en una entidad financiera en España, defendió siempre la necesidad de que Banco Pastor se mantuviera independiente. Su sobrino, José María Arias, tras tomar el testigo, también manifestó en innumerables ocasiones la voluntad de la entidad de no ser absorbida por ningún grupo. "Si participamos en una operación corporativa será liderándola", repetía a menudo.

Galicia pierde poderío financiero

La calle Cantón Pequeño, en La Coruña, era el mejor escaparate del poderío financiero de Galicia. En unos pocos metros se agrupaba la sede principal de Banco Pastor, la de Caixa Galicia, así como las principales oficinas de bancos nacionales y extranjeros (Popular Banca Privada, Banesto, Altae, UBS...).La comunidad gallega era, hasta la fecha, una de las que podía presumir de contar con varias entidades financieras potentes. Sin embargo, la crisis financiera se ha llevado por delante sus dos cajas, fusionadas en Novacaixagalicia (recientemente nacionalizada) y Banco Pastor va camino de ser absorbido por Popular. Ni siquiera Banco Gallego (perteneciente a Novacaixagalicia) atraviesa buenos tiempos, ya que afronta el cierre de varias oficinas y un ajuste de personal.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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