Una bestia diferente
Los inversores del yuan offshore chino han tenido un despertar brusco. La moneda negociada en Hong Kong cayó con fuerza el viernes pasado respecto al dólar. Aunque el yuan onshore, protegido por los controles de capital, se mantiene estable. Los inversores no esperaban que el yuan se viera sacudido por los flujos de capital de la misma manera que otras divisas asiáticas. Esto puede suponer un jarro de agua fría sobre el rápido desarrollo del mercado offshore.
El yuan chino del mercado offshore de Hong Kong, conocido como CNH, cayó a los 6,56 por dólar, lo que implica un descuento del 2,6%. Normalmente, el yuan onshore -que no se intercambia libremente por offshore- cotiza con una prima. Eso es porque los inversores que quieren apostar en la divisa controlada de China han estado comprando CNH en Hong Kong con agresividad. No solo se ha revertido la prima, sino que hay pocas probabilidades de que las autoridades chinas intervengan como hicieron brasileños y coreanos. Eso puede explicar por qué la caída porcentual del yuan offshore fue incluso peor que otras divisas asiáticas, incluyendo el won coreano y el dólar taiwanés.
Hasta ahora, el mercado offshore se ha expandido rápidamente. La emisión de bonos en yuanes ya es tres veces la cantidad de 2010, según HSBC, a pesar de que suelen tener menor rendimiento en comparación con los bonos en dólares. Los inversores contaron con la apreciación del yuan para elevar sus ganancias, creyendo que la moneda china es una apuesta segura.
El ritmo de la expansión puede ahora ralentizarse a medida que los poseedores de yuan offshore van dándose cuenta de que Pekín tiene pocas razones para ayudarles. Los mercados exteriores del yuan son demasiado pequeños para afectar a los onshore. La comercialización de Hong Kong del yuan es un experimento para ver qué pasaría si Pekín eliminase los controles de capital. Los inversores deberían ver esto como un recordatorio de que estos controles son aún muy fuertes y de que el yuan offshore implica mucho más riesgo que su socio onshore.
Por Wei Gu