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Crisis de deuda soberana

Europa se aferra a la austeridad en contra de EE UU

La zona euro rechaza la receta de gasto público de Geithner y aplaza a octubre la nueva ayuda a Grecia

Europa se aferra a la austeridad en contra de EE UU
Europa se aferra a la austeridad en contra de EE UU

Timothy Geithner debió pensar que la patria de Copérnico era el escenario más propicio para impulsar un giro en las políticas de austeridad del Viejo Continente. Y voluntarioso como buen estadounidense, el secretario del Tesoro de la Administración Obama se plantó el viernes a las 7:30 de la mañana en el Salón del Centenario de Breslavia (Polonia), para asistir por primera vez desde el comienzo de la crisis a una reunión informal del consejo de ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo). Pronto comprobó Geithner que su campaña en la capital de Silesia en pro de "políticas que favorezcan el crecimiento" solo despertaba un educado desinterés entre un grupo de ministros europeos poco acostumbrado a cambiar el rumbo político de la noche a la mañana.

El más veterano de todos, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, resumió la inamovible posición de la zona euro frente a las demandas estadounidenses en aras de una inyección de dinero público que reavive la economía mundial. "No vemos ningún margen de maniobra para permitirnos lanzar un estímulo fiscal", señaló Juncker, en su condición de presidente del Eurogrupo, al término del encuentro con Geithner. "No será posible", zanjó Juncker.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, corroboró ese diagnóstico y reiteró que la prioridad de la inmensa mayoría de los países de la zona euro debe seguir siendo el ajuste presupuestario, en particular, en aquellos países como España que están sufriendo tipos de interés muy elevados en el mercado de deuda.

A diferencia de EE UU, que a pesar de sus descomunales números rojos disfruta de unos tipos de interés bajísimos, el 40% de la zona euro soporta unas primas de riesgo que elevan el coste de su financiación por encima del 5%. Solo Alemania dispone de margen de maniobra, pero su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, también se negó en Breslavia a secundar el estímulo fiscal anunciado a principios de mes por Obama. Schäuble sugirió que el único medio para financiar una nueva expansión sería un impuesto a las transacciones financieras, posibilidad rechazada tajantemente por Geithner, según indicó la ministra austriaca de Finanzas, Maria Fekter.

El fracaso de la ofensiva de Geithner denota la creciente fisura entre las dos orillas del Atlántico sobre cómo afrontar la nueva fase de la crisis. Washington empieza a perder la paciencia con la zona euro, a la que responsabiliza en gran parte de las nuevas turbulencias bursátiles por su lentitud en frenar el contagio originado en Grecia y por las dudas sobre la salud de su sector financiero. Y tras reunirse con los ministros, el secretario del Tesoro endureció su tono durante una intervención en un foro financiero celebrado en Breslavia, donde llegó a hablar de "riesgo de catástrofe si los europeos no zanjan de una vez por todas sus diferencias y ponen fin a las especulaciones sobre la posible implosión de la moneda única. En este sentido, Barack Obama también apuntó el viernes que seguirá manteniendo contactos en la próxima asamblea de la ONU, con líderes europeos para tratar la crisis de deuda.

La petición de unidad fue la única que encontró eco entre los ministros, aparentemente conscientes de que la cacofonía en torno a la crisis griega (incluidas las alarmantes declaraciones sobre su quiebra inminente o, incluso, su salida del euro) contribuyen a la volatilidad actual de los mercados. "He pedido a mis colegas que sean disciplinados", señaló Juncker.

El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, también lamentó la prodigalidad de los líderes europeos en realizar promesas que no acaban de cumplirse. El francés aseguró que la mayoría de las medidas anunciadas en los últimos meses por los Gobiernos de la zona euro apuntan en la buena dirección. "Pero lo importante no son las palabras sino las obras", recordó Trichet.

Urgencia para el fondo de rescate

En Breslavia, al menos, la reunión del Ecofin (ministros de Economía de la UE) cerró la reforma para endurecer el Pacto de Estabilidad, cuya aprobación definitiva se espera el próximo 4 de octubre. Pero entre las promesas pendientes de rematar destaca la reforma del fondo de rescate o Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), pactada el pasado 21 de julio por los líderes de la zona euro pero pendiente aún de ratificación en muchos parlamentos.

Los ministros hicieron balance de ese proceso para constatar que menos de un tercio de los 17 países han avalado ya esa reforma. Su aprobación es esencial para convertir a la FEEF en un instrumento más ágil y poderoso, con posibilidad de ofrecer líneas de crédito a los países en dificultades (sin necesidad de un ajuste completo como el de Irlanda o Portugal) y, sobre todo, para participar en la recapitalización del sector bancario incluso en países que no estén sometidos a una intervención.

Algunas informaciones indicaron a lo largo del día que Geithner sugirió la posibilidad de que la FEEF asumiera además la tarea de avalar ciertas operaciones de crédito del sector privado, para facilitar la financiación de empresas y particulares. Esa función, que en EE UU la ejerce la Reserva Federal, requeriría con toda probabilidad una ampliación de los recursos del fondo, dotado en la actualidad con 440.000 millones de euros. Juncker se negó a confirmar la sugerencia de Geithner y se limitó a señalar que "no estamos discutiendo ni el incremento ni la expansión de la FEEF con nadie que no sea miembro de la zona euro".

De momento, la reforma en marcha facultará al fondo para adquirir deuda pública de los países de la zona euro tanto en el momento de su emisión (mercado primario) como durante su periodo de amortización (mercado secundario). El Banco Central Europeo, que se ha visto forzado a intervenir en el mercado secundario para intentar contener los costes de financiación de España e Italia, entre otros países, aboga por traspasar esa función lo antes posible a la renovada FEEF.

Otros cambios entrarán en vigor antes de concluir el proceso de ratificación, como la rebaja en los tipos de interés de los préstamos concedidos a Irlanda y Portugal, ratificada el viernes por los ministros de la zona euro. El recorte aliviará en cientos de millones de euros el servicio de la deuda de esos dos países, lo que podría contribuir a acelerar su regreso a los mercados de deuda.

Exigencia de disciplina a Grecia

Grecia no recibió tantos parabienes, porque continúan las dudas sobre la capacidad o voluntad de Atenas para cerrar 2011 con un déficit público del 7,5%, como se le exigió a cambio de la primera operación de rescate (110.000 millones de euros). El Eurogrupo mostró su disposición a liberar en octubre el sexto plazo de ese plan, 8.000 millones de euros que permitirían al Gobierno de Yorgos Papandreu cubrir sus necesidades de financiación hasta finales de año.

La concesión de ese nuevo plazo sigue pendiente del ejercicio de revisión de los ajustes acometidos hasta ahora, una tarea de evaluación que los técnicos de la troika (Comisión, BCE y FMI) interrumpieron el 2 de septiembre ante el evidente retraso de Atenas en la aplicación de las medidas exigidas y que reanudan esta semana.

Bruselas se muestra convencida de que tras los últimos ajustes anunciados por el Gobierno griego (un nuevo impuesto a las propiedades inmobiliarias y supresión de empleos públicos) se cumplen ya prácticamente las condiciones para la entrega del nuevo préstamo. Pero el FMI insistió el mismo viernes en que solo liberará su parte del préstamo (2.200 millones de euros) si Atenas demuestra que ha cumplido a rajatabla el calendario de ajuste pactado.

Finlandia pagará una comisión por blindar sus préstamos a Grecia

Finlandia logró el viernes en Breslavia que el resto de países comience a resignarse a su deseo de blindar con avales sus préstamos a Grecia. Pero el Eurogrupo (Consejo de Ministros de Economía de la zona euro) acordó que Helsinki deberá pagar una comisión por tener derecho a esas garantías. Fuentes comunitarias indicaron que el objetivo es establecer unas condiciones "punitivas" para que ningún otro país reclame otras garantías. Holanda y Austria habían sugerido la posibilidad de exigir a Atenas las mismas condiciones que consiga Finlandia. Pero el establecimiento de una comisión disuasoria para acceder al aval podría lograr que esos dos países renuncien a su demanda. "Espero que el tema de los avales esté pronto fuera de nuestra agenda", confió el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.El conflicto en Finlandia revela, sin embargo, la dificultad cada vez mayor de varios países para aprobar las operaciones de rescate o el fortalecimiento de los fondos de rescate. En Helsinki está en juego incluso la supervivencia del propio gobierno, reconocieron fuentes diplomáticas. Su caída podría complicar aún más la ratificación de la reforma del fondo de rescate (la FEEF) imprescindible para poner en marcha el segundo rescate de Grecia, con 109.000 millones de euros en dinero público y 54.000 millones como aportación prevista de los acreedores privados (a través de una quita del 21%). El nuevo rescate permitiría mantener a flote a Grecia al menos hasta 2014, evitando una quiebra o suspensión de pagos que, de producirse, "no sabríamos ni podríamos gestionar", reconocen fuentes comunitarias.

Rehn alerta del riesgo de precipitarse y crear "eurobonos basura"

El debate sobre la emisión conjunta de deuda pública de la zona euro continúa acelerándose. Los 17 países de la zona euro preparan la creación de un grupo de trabajo al que se podría encomendar el próximo mes de octubre la tarea de trazar el camino hacia una "integración fiscal de la Unión Monetaria", eufemismo con el que se alude a la mutualización de la deuda. Fuentes del Eurogrupo indicaron que la emisión podría realizarse según el artículo 125 del Tratado de la UE actual, aunque reconocen que el desarrollo pleno de los eurobonos requeriría una reforma de la base legal del club.El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, alertó el viernes en Breslavia (Polonia) contra la tentación de acelerar la creación del nuevo instrumento sin mejorar antes la gobernanza económica de la zona euro y su disciplina fiscal. "Podríamos acabar creando eurobonos basura", advirtió el prudente finlandés. Su departamento presentará este otoño un estudio en profundidad sobre las cuestiones legales y económicas que plantean las diferentes opciones de emisión conjunta de deuda.

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