Menos ingresos y déficit moderado
Los datos de ejecución presupuestaria conocidos ayer demuestran que la Administración central va por buen camino. El déficit del Estado sigue moderándose mes a mes. En julio lo hizo un 11,8%, hasta el 2,09% del PIB. El Gobierno está cumpliendo de esta manera su promesa de austeridad. De hecho, es por el recorte del gasto por donde cede el déficit, porque los ingresos, sobre todo los procedentes del impuesto sobre sociedades, no acaban de dar ni una sola alegría a la Hacienda pública. La recaudación por el impuesto que grava los beneficios empresariales, en un reflejo de la seria anemia económica, cayó un 23,8%, lo que supone retroceder a niveles de 2000. Lo más alarmante en el capítulo de ingresos es constatar cómo la recaudación por IVA solo crece el 3,2%, lo que constata la atonía del consumo. Y lo peor es que esta situación se mantendrá mientras las familias y las empresas no perciban señales inequívocas de recuperación.
La Administración central cumple. El problema, y grave, está en las comunidades autónomas. Mientras el objetivo de déficit del Estado del 4,8% para finales de año es factible con los datos actuales, es improbable que las autonomías cumplan con la obligación de cerrar con un déficit del 1,3%. Y los inversores no dejan de poner la lupa sobre lo que hacen los Gobiernos regionales.