Merkel y Sarkozy exigen un Gobierno "verdadero" en la zona euro
Piden que se limite el déficit por ley, una tasa a las transacciones financieras y una armonización fiscal
Tras varias semanas de convulsión en los mercados, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, dieron ayer un golpe en la mesa de la zona euro y presentaron sus propuestas para evitar, en primer lugar, que la crisis se extienda a todos los países que comparten la moneda única y para preservarlos de los ataques de los especuladores.
Ambos mandatarios mantuvieron en París un encuentro durante dos horas en el que pactaron un documento que enviarán hoy al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, con sus recetas para esquivar la crisis de deuda. "Queremos defender el euro, asumir nuestras responsabilidades como las dos mayores economías de esta región económica y combatir el fenómeno de la especulación", recalcó Sarkozy al inicio de la rueda de la prensa posterior al encuentro, con el objetivo de dejar claro que sus propuestas no solo trataban de defender el futuro del eje franco-alemán, sino de los 17 países que forman la zona euro.
Y para ello propusieron, en primer lugar, la creación de un Gobierno "real" de la zona euro. "Estaría compuesto por los jefes de Estado de cada país y se reuniría dos veces o más al año", recalcó Sarkozy, quien precisó que el mandato del presidente duraría dos años y medio. Alemania y Francia apuntaron ayer al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, como el candidato idóneo para ocupar ese puesto. De este modo, este nuevo Gobierno económico de la zona euro quedaría enclavado por encima del Ecofin y del Eurogrupo, donde están representados los titulares de Economía y Finanzas de la zona euro.
Francia y Alemania impulsarán la equiparación del tipo medio de Sociedades
Zapatero avala las medidas
La primera tarea de Van Rompuy como nuevo presidente económico de la UE sería negociar con los 17 países del área euro para que la reducción del déficit, de la deuda y el retorno al equilibrio presupuestario no sea tan solo un deseo, sino que se fije por ley. El objetivo de Francia y Alemania es que todos los países incluyan esos tres objetivos en sus textos constitucionales antes del verano de 2012, aunque no precisaron cuáles serán los mecanismos que se pondrán en marcha para aquellos que no lo aprueben o se desvíen de la senda de la consolidación fiscal. "Los Estados miembros tienen que comprometerse para presentar unos presupuestos equilibrados que contemplen reducciones de la deuda y el déficit", puntualizó Merkel, quien no quiso detallar qué tipo de sanciones se podrían imponer.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, valoró positivamente la creación de la nueva estructura y la reducción del déficit por ley porque "suponen un importante avance para la unión económica de la zona euro". Zapatero estuvo reunido ayer por la tarde con su equipo económico para ultimar las medidas de reducción de déficit que se presentarán en el Consejo de Ministros del próximo viernes. Mucho más explícito fue el primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, quien minutos antes de la comparecencia de Merkel y Sarkozy, abogó por la aplicación de "sanciones automáticas" a los países que incumplan la disciplina fiscal.
En el documento que han enviado a Van Rompuy, París y Berlín también proponen la creación de una tasa a las transacciones financieras y una progresiva armonización fiscal en el impuesto de Sociedades entre Alemania y Francia, que podría servir como ensayo para una posterior equiparación en las bases imponibles de los 17 países de la zona euro. Esta armonización se iniciaría en 2012 y se comenzaría a aplicar en 2013, aunque las diferencias entre los tipos que gravan a las empresas francesas y alemanas presagian que el trabajo será duro. El tipo medio de Sociedades en Francia es del 34,4%, mientras que el de Alemania está en el 29,8%, lo que representa una diferencia de cinco puntos en favor de las compañías alemanas. Una integración fiscal podría perjudicarlas, ya que pagan menos por los beneficios obtenidos que las francesas, algo que rechazó la canciller Merkel. "Tenemos una moneda común, un mercado común y debemos caminar hacia un marco fiscal común. Armonizar las bases imponibles es una buena decisión y va a favorecer a las empresas alemanas", recalcó.
Ambos mandatarios dejaron claro que la recuperación pasa obligatoriamente por la consolidación fiscal (destacaron los pasos dados en este sentido por Italia y España) y el uso adecuado de los fondos estructurales y de cohesión de la UE para favorecer el crecimiento y la competitividad. En la hoja de ruta de Alemania y Francia no se contempla ni la creación de eurobonos ni una ampliación del fondo de rescate permanente.
"No hay ninguna varita mágica para resolver la crisis. La creación de los eurobonos es el último recurso. Espero que Europa no tenga que depender de ninguna varita mágica ni de un último recurso", señaló Merkel al ser preguntada por la emisión de deuda conjunta. Mucho más claro fue Sarkozy. "Los eurobonos consisten en garantizar la triple A (la máxima calificación crediticia) para cualquier país de la zona euro. Se trata de asegurar la deuda sin tener control sobre la gestión del gasto. Eso perjudicaría a los países más estables, que deben asegurar a aquellos que no controlan sus cuentas. Tal vez algún día podamos hablar de ese asunto, pero al final de un proceso de integración económica".
Merkel y Sarkozy también coincidieron en la defensa del fondo de rescate permanente, que se activará en 2013, como el mejor mecanismo para protegerse de la especulación. "Ese fondo, dotado con 500.000 millones de euros, no se ha consumido. No sé por qué deberíamos multiplicar su dotación", precisó.
Cómo crecer y reducir déficit a la vez
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió ayer sobre el dilema al que se enfrentan los países desarrollados, que deben reducir sus abultados déficit y al mismo tiempo tratar de estimular sus debilitadas economías. "No hay respuestas fáciles, pero eso no significa que no haya opciones", señaló Lagarde ayer en un artículo en el Financial Times, en el que instó a los países europeos a aplicar medidas creíbles de consolidación fiscal, evitando en lo posible que estos planes lastren la recuperación de la economía y empeoren las perspectivas de empleo a corto plazo.Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, abogó ayer por cambios estructurales para resolver la crisis de deuda en Europa y Estados Unidos en lugar de buscar un aumento de liquidez a corto plazo. "Mi mensaje clave es que los intentos por aumentar la liquidez o las esperanzas en que la recuperación económica global nos saque de ésta, son mecanismos que ya han tenido su recorrido y esto es lo que nos están diciendo los mercados", dijo ayer en una rueda de prensa en Australia.Por ello, emplazó a los líderes europeos a afrontar cuestiones económicas fundamentales y estructurales. "Creo que los líderes van a tener que decidir si se mueven hacia una unión fiscal que complemente a la unión monetaria", apuntó Zoellick, quien también abogó por impulsar el libre comercio y alertó sobre la adopción de medidas proteccionistas en países que busca solucionar sus problemas de deuda.A este mismo dilema se enfrenta el presidente de EE UU, Barack Obama, que tiene previsto anunciar esta madrugada nuevas medidas para impulsar la creación de empleo. Los altos niveles de paro, por encima del 9% de la población activa, podrían dificultar su reelección en las presidenciales del año que viene, lo que ha motivado una gira por los tres Estados en los que su partido obtuvo la victoria en las elecciones de 2008. Una de las medidas que podría detallar Obama es el plan para destinar una partida de 350 millones de dólares (242 millones de euros) a la financiación de las pymes durante los próximos cinco años.