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Fondos & Planes. Mercados emergentes

Delicias turcas para inversores intrépidos

Ya sea a través de fondos específicos o diversificados, Turquía no puede faltar en una cartera arriesgada

Si usted es del tipo de inversor que está dispuesto a arriesgar más a cambio de una mayor ganancia, Turquía le va a encantar. Considerada por su ubicación un puente entre Europa y Asia, es una de las economías emergentes que mejor ha sobrellevado la crisis y también un modelo exitoso de democracia musulmana. Pero a pesar de que es vista con admiración por libios y egipcios, el país todavía tiene asignaturas pendientes en materia de libertades. Recep Tayyip Erdogan logró en junio su tercera legislatura consecutiva desde que llegó al poder en 2002, pero no la mayoría parlamentaria suficiente para sacar adelante la reforma constitucional a la que aspira. De ahí que muchos inversores se pregunten cuál es el peso que debería tener en sus carteras.

"En realidad, depende de los criterios de riesgo versus recompensa. Turquía, definitivamente, merece tener un fondo específico debido a razones demográficas, geopolíticas y económicas", sostiene Sebastián Kahlfield, gestor de DWS Turkei Fund, un fondo de Deutsche Bank que invierte en acciones de compañías turcas. "Es un país en desarrollo que tiene 74 millones de habitantes con una edad media de 29 años, la más baja de Europa. Geopolíticamente es un puente entre el mundo occidental y el oriental. Además, teniendo en cuenta los volúmenes de negociación y capitalización bursátil, es uno de los mayores mercados de la región. Por último, es un país candidato a la UE con enorme potencial", afirma.

El de DWS es uno de los pocos fondos con exposición a Turquía que se venden en España, donde según Kahlfield, ha tenido muy buena acogida por parte de clientes que buscan diversificar sus carteras y beneficiarse del crecimiento de la economía turca. Otro es el HSBC GIF Turkey Equity. Ambos fueron lanzados en la primera mitad de 2005. Hasta la fecha administran patrimonios ligeramente superiores a los 100 millones y si bien en el último año han registrado pérdidas del 1,4% y 18%, respectivamente, en el acumulado a tres años consiguen ganancias del 52% y 35%. "La rentabilidad ha seguido el mismo curso que la economía turca", dice Ercan Güner, gestor del fondo turco de HSBC en Estambul. "Después de un breve periodo de reembolsos tras la caída de Lehman Brothers, el fondo ha sido objeto de un interés considerable por parte de los inversores internacionales -alcanzó hace poco un valor liquidativo de 130 millones- y ha generado rendimientos en euros del 101% en 2009 y 37% en 2010", destaca. Según Güner, este producto es adecuado tanto para clientes institucionales como minoristas con un horizonte de inversión a largo plazo de al menos cinco años.

Es un producto adecuado para clientes con un horizonte de inversión de cinco años

Otra opción es exponerse a Turquía a través de un fondo que cubra varias economías emergentes. Amundi, que ofrece productos de este tipo, considera que un fondo que invierte en un único país conduce generalmente a una rentabilidad más volátil que uno más diversificado, donde además se tiene la ventaja de que el gestor puede aumentar o reducir la ponderación de cualquier país si lo estima apropiado. "Tanto los riesgos como los costes son más altos en un fondo que invierte únicamente en un país", dice Nina de Martinis-Majstorovic, gestora de renta variable Europa del Este, Oriente Medio y África de Amundi París. En ese sentido, señala que si bien son muy optimistas sobre el potencial a largo plazo de Turquía, ven con cautela su evolución macroeconómica. "Un crecimiento impulsado en gran medida por el consumo interno está dando lugar a un déficit comercial y por cuenta corriente insostenible", advierte.

De acuerdo con un informe de Barclays Capital, el déficit por cuenta corriente alcanzó en abril los 46.000 millones de euros, el 8% del PIB. La gestora de Amundi explica que es esta la razón por cual sus fondos emergentes mantienen actualmente un porcentaje "insignificante" en Turquía, "hasta que veamos una mejoría en el aspecto macroeconómico".

La economía crecerá este año el 7%

Turquía no ha sido inmune a la crisis. La caída de las exportaciones y la demanda interna provocó una contracción del PIB del 4,8% en 2009. "Sin embargo, la solidez del sistema bancario, el bajo nivel de endeudamiento de familias, empresas y Administraciones y la exitosa aplicación de políticas fiscales y monetarias permitieron que el país se recuperara rápidamente", destaca Güner, de HSBC. En 2010 el PIB creció el 8,9% y este año, a pesar de que la economía se está desacelerando, "el crecimiento podría alcanzar el 7%, superando por mucho el de la mayoría de mercados emergentes", dice Kahlfield, de DWS. Una amenaza para este desempeño es el conflicto entre kurdos e islamitas, ya que un aumento de las actividades terroristas del grupo independentista PKK podría golpear al consumo, que representa un 70% del PIB.

Concentración

El sector bancario domina la Bolsa de Estambul, representando el 50% del mercado. Sin embargo, tanto HSBC como DWS aseguran que sus carteras están debidamente diversificadas. "El fondo cumple la directiva Ucits III y no tiene una exposición de más del 10% en un mismo valor", asegura Güner, de HSBC. Por otra parte, a pesar de que el selectivo de la Bolsa de Estambul subió el 91% en 2009 y el 21% en 2010, este año el precio de las acciones turcas ha bajado un 3% en moneda local, según DWS, por lo que las valoraciones serían todavía razonables.

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