Un halcón en la banca suiza
Era la gran esperanza alemana para situarse al frente del BCE. Académico de prestigio, asesor de cancilleres y duro vigilante de la disciplina monetaria, ha sido elegido para presidir UBS.
Es el hombre que enfadó a Angela Merkel. El alemán Axel Weber, hasta el pasado mes de abril presidente del Bundesbank, se retiró en febrero por sorpresa de la carrera por la presidencia del Banco Central Europeo, precisamente por la falta de apoyo de la canciller alemana. Cuenta la prensa de su país que Merkel recibió una llamada de Weber anunciando su renuncia en plena reunión semanal de su Gabinete. Es una de las citas más secretas de la política de Berlín. Allí nadie recibe llamadas de móviles ni abandona la sala. La canciller tuvo que hacerlo para atender la urgente llamada del entonces guardián de la moneda europea. Por la expresión de su rostro, sus ministros adivinaron la catástrofe: el presidente del BCE no sería un alemán.
Weber era la gran esperanza alemana para hacerse con la presidencia del eurobanco. Y nadie parecía discutirle su idoneidad como sucesor. Weber, uno de los asesores clave de Merkel durante la crisis financiera de 2008, había meditado con cuidado su decisión. Se sentía aislado, confesó a la canciller, como consecuencia de su estricta política antiinflacionaria y prácticamente solo en la defensa de sus puntos de vista dentro del BCE. Las circunstancias no le permitían continuar en el Bundesbank, y mucho menos aspirar a ser presidente del BCE.
Fuera del Buba (como se conoce al banco central alemán), la banca comercial le ha perseguido, a pesar de su escasa experiencia en el campo (el supervisor bancario alemán no es el Bundesbank, sino el BaFin). Las especulaciones apuntaban a la institución financiera más poderosa de Alemania, el Deutsche Bank. En parte porque el actual presidente, Josef Ackermann, y Weber son grandes amigos. Ackermann deja el cargo en dos años y Weber era un perfecto candidato a asumir su trabajo. Pero ha sido UBS el que ha fichado finalmente a este reconocido experto en teorías monetarias. El banco suizo propondrá a Weber como consejero en la próxima junta general de accionistas de mayo de 2012 y un año después sustituirá a Kaspar Villiger en la presidencia. Una elección con la que sale ganando. En su primer año al frente de la entidad, se embolsará 4,18 millones de euros, 11,3 veces lo que ganaría al frente del BCE. Para Kaspar Villiger, la experiencia y habilidades de Weber no tienen precio.
Axel Alfred Weber nació el 8 de marzo de 1957 en Kusel, en el Palatinado del Rin. El futuro presidente de UBS estudió Economía y Administración Pública en la Universidad de Constanza. El suyo no fue el camino típico a la presidencia del Bundesbank. Muchos de sus predecesores fueron producto de las universidades de élite de Alemania, mientras que Weber se doctoró en Economía en la Universidad de Siegen, una institución de menor reputación internacional.
Hasta su aterrizaje en el Bundesbank, este intelectual polémico y crítico vivía para el mundo académico. Como profesor e investigador en las Universidades de Bonn, Fráncfort y Colonia y en relevantes instituciones económicas.
El profesor Weber, que carecía de fuertes lazos políticos, dice que se sorprendió al recibir la oferta del ministro de Finanzas alemán Hans Eichel para presidir el Bundesbank, en abril de 2004. Dos años antes, Weber había sido elegido miembro del consejo asesor del Gobierno de Gerhard Schröder, conocido como consejo de cinco sabios.
Llegó al banco central alemán en un momento delicado. El entonces presidente, Ernst Welteke, se vio forzado a dejar el cargo, tras admitir que aceptó una invitación de la entidad privada Dresdner Bank en un lujoso hotel. Cuando Weber tomó el timón estableció un código de gobernanza para los miembros del consejo y otros empleados. Tampoco le han faltado críticas, especialmente las de quienes consideran que no ha dado al banco central alemán un mayor peso tras la introducción del euro.
Weber está considerado un halcón, un implacable vigilante del rigor y disciplina monetarios. Para los expertos, el modelo Weber recuerda al de Hans Tietmeyer, el gobernador que después de la unificación alemana tensó los tipos de interés para controlar la inflación. æpermil;l forzó una subida de tipos en la zona euro cuando Europa ya estaba en recesión y rechazó que el BCE auxiliara al sistema financiero y las economías más débiles del euro, inyectando liquidez a la banca y comprando deuda de los países más cuestionados para frenar la escalada de sus primas de riesgo.
Ha defendido las tesis más duras dentro del consejo del BCE y lo ha hecho sin miedo a fomentar polémicas. Como jefe del Bundesbank, se enfrentó a Nicolas Sarkozy cuando el presidente francés presionó al banco europeo para que recortara los tipos de interés.
Casado y con dos hijos, Axel Weber habla inglés con fluidez y al margen de su extrema ortodoxia, pocos discuten su magisterio y prestigio, las señas de identidad del nuevo halcón del secreto bancario suizo.