El temporal alivio griego
La simple insinuación, que en absoluto es una confirmación oficial, de que Europa hará una nueva entrega de recursos financieros a Grecia para que haga frente a sus compromisos ha funcionado como un inesperado bálsamo en los mercados financieros, que en una sola jornada recuperaron casi la mitad de las pérdidas acumuladas durante los 30 primeros días del mes. La posibilidad de nuevos ajustes fiscales con pleno respaldo político, o la de que los bancos no tengan que hacer frente, por ahora, a la pérdida que supondría una quita en el montante de la deuda griega, ha devuelto cierta normalidad a los precios de las acciones de los bancos, así como a las rentabilidades de los bonos soberanos. En España, por ejemplo, la Bolsa repuntó más del 2% apuntalada por los grandes bancos, y la prima de riesgo se redujo notablemente, pese a mantenerse aún bien por encima de los 200 puntos básicos. Esta sensibilidad a un simple cambio de rumbo en el estado de ánimo de las autoridades comunitarias no debe hacer olvidar que las condiciones en las que se mueve la economía helena son muy delicadas, y que una solución definitiva pasa por la reestructuración de su deuda. Ello supondrá una quita, además de una prórroga en los pagos, lo que afectará a las cuentas de la banca europea.