"Las pymes de Francia y España deben ir juntas"
El político destaca el "dinamismo exportador" de España y las reformas emprendidas
Lellouche fue elegido diputado en la Asamblea Nacional hace 14 años por el UMP, y durante la presidencia de Nicolas Sarkozy ha sido titular de la Secretaría de Estado de Asuntos Europeos y de la de Comercio Exterior, "el puesto más difícil". Acaba de visitar Madrid para reunirse con su homólogo Alfredo Bonet, y participar en el Salón del Gourmet. El vecino del norte de los Pirineos es el primer cliente comercial español, aunque Alemania le ha superado como primer proveedor del país.
PREGUNTA. ¿En qué situación están las relaciones comerciales mutuas?
"Me ha sorprendido la profesionalidad de los exportadores españoles"
Es evidente que el mundo está cambiando, y el crecimiento económico se concentra hoy en los países emergentes. Por eso, nuestras pymes deben ir juntas a esos mercados para poder ser más competitivas.
P. Pero sigue habiendo divergencias incluso dentro de la Unión Europea...
P. ¿Hasta dónde llegan los consensos en la UE?
Por otra parte, queremos marcar las diferencias entre países emergentes, como China, y otros en desarrollo. Las mismas reglas de apertura comercial total no pueden aplicarse frente a países pobres africanos y frente a la segunda potencia del mundo.
El G-20 y las materias primas
Francia ostenta durante el primer semestre de este año la presidencia del G-8 y, quizá aún más importante en el nuevo reparto del poder económico global, también del G-20. El organismo creado para fomentar el diálogo entre potencias tradicionales y emergentes aborda temas espinosos en la salida de la mayor crisis global de los últimos ochenta años, como se demostró en la reunión de ministros de Finanzas que se celebró el pasado fin de semana. Al hablar sobre el tema, Lellouche recuerda que España accedió a su condición de país invitado permanente del G-20 gracias a que el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, le cedió una silla que le correspondía como presidente rotatorio de la UE antes de la cumbre de Washington de hace dos años y medio.Francia asumió su liderazgo del G-20 con un programa ambicioso. ¿Qué grado de cumplimiento del mismo se está alcanzando?Estamos razonablemente satisfechos por cómo van las cosas. Hemos avanzado en materia de los desequilibrios globales, creando un consenso respecto a la necesidad de establecer unas reglas. Está claro que las devaluaciones competitivas no son buenas para el funcionamiento del mercado, porque crean distorsiones. Por otro lado, también estamos avanzando en torno a la creación de normas nucleares de aplicación global. El desastre de Fukushima ha servido de aviso en este sentido.Otro de los objetivos era controlar los mercados de materias primas...Cierto, y también estamos avanzando, aunque no se puedan esperar milagros. Tenemos que parar el uso financiero y especulativo de las materias primas. Cuando se especula con los alimentos se generan problemas en todas partes, pero para el tercer mundo tiene efectos catastróficos.