El riesgo de la ortodoxia
Sorpresa del Banco Central Europeo. El presidente, Jean-Claude Trichet, ha advertido sin ambages que un alza de tipos es "posible", aunque no segura, en abril. El BCE va directo. La inflación está alta. El petróleo, subiendo. Así que los tipos subirán para evitar una segunda ronda de inflación, que podría ser impulsada por salarios más altos. La pregunta es si tipos más altos tendrán efectos perversos en los bancos y las débiles economías de la periferia.
Un alza de tipos en la zona puede estar justificada. La inflación, en el 2,4%, está por encima del objetivo oficial. Los crecientes precios del petróleo, alimentos y materias primas amenazan con empeorar la situación, especialmente desde que la recuperación en la eurozona está cobrando fuerza.
Las encuestas de directores de compras muestran que el sector servicios está creciendo en la zona al ritmo más rápido desde agosto de 2007. Una mayor presión inflacionaria ya está mostrando que los precios pagados por las firmas de servicios crecieron en febrero a su nivel más alto desde septiembre de 2008, cuando las materias primas alcanzaron niveles estratosféricos.
Pero la zona está claramente dividida. Markit, que realiza las encuestas de actividad económica, advierte que Alemania y Francia están liderando la recuperación "por un amplio margen". Como mayores tipos de interés encarecen los préstamos y fortalecen el euro, el peligro es que el crecimiento en la periferia del euro se debilite más, perjudicando los ajustes fiscales y los esfuerzos de los bancos de la periferia por fortalecer su posición.
Al menos, el BCE no añadirá dolor a los bancos al vaciar los comederos de liquidez barata a los que algunos son adictos. La asignación de ilimitada financiación a tres meses se mantendrá como mínimo hasta junio, aseguró Trichet. Pero también está claro que el BCE está dispuesto a formular un plan para poner fin a las denominadas medidas "no convencionales". Algunos bancos temen un paso en esa dirección, así como un alza de los tipos en la reunión de abril.
La cumbre de líderes de la UE de este mes producirá una mayor incertidumbre global. El BCE ha mostrado que no comprometerá sus principios tradicionales: economías periféricas, bancos con problemas y Gobiernos de la eurozona deben salvarse a sí mismos, no depender de la caridad sin límites del banco central.
Ian Campbell