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Es el más rentable junto al argelino

Crudo libio, más calidad que cantidad

Libia no es el mayor productor mundial de petróleo. Sus 1,6 millones de barriles diarios están lejos de los 3,8 de Irán o los 8,5 de Arabia Saudí. Pero los activos de Libia son sus reservas y la calidad de su crudo. Dispone de 44.000 millones de barriles. Es la octava mayor reserva mundial de petróleo. Y los yacimientos libios de la cuenca de Sirte, Ghadames o Cyrenaica, son junto a los argelinos los más rentables en el mercado.

La revuelta popular contra el régimen de Gadafi ha supuesto, por ahora, una interrupción de al menos 100.000 barriles por día, cerca de un 6 por ciento de la producción petrolera de Libia, según Reuters. El recorte en el abastecimiento libio (un 2,3% de la producción total en el mundo) no afectará significativamente al suministro mundial. Pero sí puede tener consecuencias para los principales importadores de crudo libio. Más de un 85% de su petróleo va para Europa. Su mayor socio es la antigua metrópoli: Italia importa un 32% de todo el oro negro que sale de Libia. Le siguen Alemania (14%) y Francia (10%). España es el cuarto importador de crudo libio, con un 9%.

Y es que el rendimiento del barril oscila en el mercado dependiendo del origen y la calidad del petróleo. Según la consultora Platts, el rendimiento bruto diario del barril libio Es Sider es de 101,41 dólares y el del argelino Saharand Blend es 101,48 dólares. Ambas, primeras marcas en el mercado. Casi dos puntos menos obtiene el saudí Arab Light (99,54 dólares) o el ruso Urals (99,64 dólares). Descontados los costes de transporte, Arab Light pierde un dólar más con respecto al Saharian Blend y el Es Sider. La calidad del crudo libio hace que su proceso de refinación sea menos costoso. El análisis de Platts estima que reemplazar un barril libio por un saudí supondría a las refinerías italianas una pérdida de tres dólares por barril.

La calidad del petróleo libio fue una de las principales razones que empujaron a los clientes occidentales hacer negocios con Gadafi a partir de su reconciliación con EE UU y la liberalización de su mercado en 2005. La petrolera italiana ENI, la que más intereses tiene en el país, Shell o Wintershall (BASF) ya han puesto en marcha planes de evacuación para el personal y sus familias. Repsol ha suspendido su actividad y BP ha pospuesto sus proyectos de perforación en suelo libio.

Para los analistas de Barclays Capital nada hace preveer que, a día de hoy, en caso de caer Gadafi el nuevo Gobierno vaya a adoptar una postura de hostilidad contra las empresas extranjeras. Pero advierten que ya no valen las ambiciosas estimaciones de crecimiento en la producción de crudo en la zona hechas antes del estallido de las revueltas. Prevén incluso una tendencia a la baja para los próximos años.

La cotización del barril de Brent, de referencia en Europa, se ha disparado desde que se inició la ola de turbulencias en todo el norte de África y Oriente Próximo. Las revueltas en Líbia lo situaron ayer en los 108 dólares, el preció más alto en dos años y medio. En la jornada de hoy sigue ascendiedo. El temor a que el contagio llegue a Arabia Saudí, el mayor exportador de crudo, es el principal acicate para un repunte aún mayor.

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