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Columna
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Asia mantiene la fiebre del oro

La carrera por el oro puede no haber llegado a su fin. Si bien las cada vez mayores tasas y un crecimiento mundial en aumento reducen el atractivo del oro como cerco frente a la estanflación, el metal podría estar recibiendo el apoyo de compradores en Asia. Allí, los inversores afrontan la preocupante perspectiva de la inflación y de un crecimiento más lento. La demanda de oro en Asia creció un 49% en 2010 hasta las 1.731 toneladas, según el World Gold Council. China, en particular, se ha convertido en el mayor comprador, ya que las autoridades en lucha contra la inflación promueven el oro como una alternativa a los depósitos bancarios y a la propiedad para atesorar efectivo.

El oro, a diferencia de muchas otras mercancías solicitadas, tiene poco uso real. No se puede comer ni quemar y no devenga interés. Incluso su valor como cerco frente a la inflación y a la agitación política está siendo puesto en entredicho. Cuando el crecimiento global era débil y los gobiernos imprimían dinero, comprar oro tenía sentido como forma de compensar la depreciación monetaria. El oro ha subido un 23% en el último año. Ahora, con un crecimiento aparentemente en recuperación y las tasas de EE UU en alza para ofrecer mejores rendimientos, ¿quién necesita el metal amarillo?

Asia, al parecer. Las importaciones de oro en la India aumentaron un 30% en el cuarto trimestre de 2010 y Vietnam se ha visto obligado a aflojar las restricciones para evitar que la escasez empuje aún más su moneda. El crecimiento es fuerte, pero la inflación está escalando y los tipos de interés reales son negativos en muchos países. Un inversor chino, por ejemplo, gana un 3% en depósitos a un año. La inflación oficial es del 4,9%; los precios de los alimentos están subiendo un 10,3%. La falta de rendimiento del oro no parece tan mala.

Las políticas de China están alentando la demanda. El mayor productor de oro, China, ya ha aligerado la regulación para absorber liquidez y contener la inflación: el dinero gastado en oro es dinero no invertido en propiedades. Tras importar 454 toneladas entre 2003 y 2009, China compró otras 209 en los primeros 10 meses de 2010 mientras la demanda de los inversores crecía un 70%. El banco central chino también ha estado añadiendo el metal precioso a sus reservas para diversificar más allá del dólar. Así, el oro tiene aún un largo recorrido por delante.

Wayne Arnold

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