Empieza el deshielo entre Zapatero y Mas
El presidente de la Generalitat entró ayer en La Moncloa con una larga lista de peticiones para el presidente del Gobierno y una positiva voluntad de "arrimar el hombro" para recuperar la economía, especialmente en las ayudas a las pymes. Entre sus demandas hay una treintena de traspasos que dejó pendiente el tripartito y no menos de seis transferencias que CiU considera incompletas. Artur Mas, que tras la reunión ve "buenos indicios", espera también que el Gobierno aporte este año los 1.000 millones correspondientes al Fondo de Competitividad y otros tantos para cumplir la disposición del Estatut que obliga a invertir en Cataluña la parte proporcional de su PIB, un 18% del total del Estado (más confirmó que se han desbloqueado 760 millones para infraestructuras). Pero en esta voluminosa cartera destacan las soluciones para corregir el abultado déficit de las maltrechas finanzas catalanas, es decir, la autorización para emitir deuda a largo plazo. Y es lo que Mas lleva casi seguro a Cataluña. Prohibirlo sería pisar la "línea roja", según Mas. Pero hacerlo es un agravio a otras Administraciones, aunque Mas haya llegado con un plan que recorta el gasto el 10% en 2011, y un más que insinuado apoyo parlamentario. Este deshielo entre Mas y Rodríguez Zapatero es positivo para España. Como sería también aflorar el gasto real de todas las autonomías y establecer por ley un techo de gasto.