¿Son suficientes reformas, don Mercado?
La reordenación bancaria, la reforma de pensiones y la laboral, el ajuste del déficit... España trata de disipar las dudas, pero ¿hace falta más?
El Consejo de Ministros del viernes puso fin a una semana clave para el país en el que se va a convertir España a consecuencia de la crisis. Si el Gobierno dibujaba el lunes los primeros trazos de la reordenación del tablero financiero del país, el jueves se alcanzaba un principio de acuerdo con patronal y sindicatos, el primer pacto social de la legislatura, que permite blindar la reforma del sistema pensiones. Ambas iniciativas componen los últimos esbozos de un cuadro de reformas que el país viene dibujando desde hace un año. Una obra que pretende apaciguar el ataque de los mercados. El primer brochazo vino en mayo de 2010, con el mayor recorte del gasto social vivido en democracia. Incluía el recorte del sueldo de los funcionarios y la congelación de las pensiones. Le siguieron una reforma del mercado laboral dirigida a abaratar los despidos, y los Presupuestos Generales más austeros que han aprobado las Cortes con este Gobierno. Medidas históricas y contundentes con las que España trata de recuperar la confianza. Pero llegados a este punto, la pregunta es: ¿bastarán estas reformas para alejar las dudas de una quiebra soberana? ¿Reanimarán estas medidas al Ibex?
Un matiz de partida que clarifican muchos expertos es que aunque todas estas políticas están siendo positivas, llegan a deshora. "Se ha perdido mucho tiempo a la hora de implantar reformas, y de rehacer presupuestos. El momento de actuar era en 2009, no 2011. Este es un año muy político, de elecciones regionales y de transición a las nacionales. El Gobierno no tendrá la valentía que podría haber tenido hace dos años, porque todo se enfoca de cara a las generales de 2012, y nadie se quiere pillar los dedos", argumenta Alberto Roldán, de Inverseguros. Pese a todo, el analista cree que la reordenación del sistema financiero que se ha puesto sobre la mesa es fundamental para "dar un giro de 180 grados al sistema", dado que este "es incompatible con el escenario de giro que hay en toda Europa".
"Es un reto muy difícil. Pero se está viendo el compromiso de España. Se sabe lo que hay que hacer y se va a hacer", agrega Virginia Romero, de Ahorro Corporación. La transformación del sistema financiero exigirá, según ha adelantado Economía, que las entidades aumenten su core capital del actual 6% hasta el 8%, o incluso el 10% en el caso de las cajas. Un proceso que costará unos 20.000 millones de euros según el Ejecutivo y hasta 90.000 según algunas de las voces más críticas. Para Romero, hasta los peores augurios no suponen un escenario dramático. "Puede que la cifra final sea alta, e inicialmente impacte. Pero hablamos de entre el 4% y el 8% del PIB", un volumen que considera "asumible". "Aún sumando semejante coste, la deuda del país seguiría siendo menor a la de Alemania", añade.
"El problema puede llegar cuando se haga pública la exposición de cada entidad al sector inmobiliario". Y luego el efecto que tendrá acelerar esta reforma. "Cuando se aprobó Basilea III ya fue criticada porque podría ralentizar la recuperación económica", arguye la analista de Ahorro Corporación. El pacto de la banca mundial establece unas reservas de capital del 7% de cara a 2019. Que la banca española deba superar esos ratios antes del próximo septiembre puede suponer todo un terremoto en el sector.
"Lo bueno es que arranca el problema de raíz. Resuelve la gran incertidumbre que hay sobre las firmas financieras españolas. Aunque se nos pueda ir castigando por el camino, al final los mercados lo aplaudirán", vaticina Romero.
"El mercado está ahora mucho más maduro. El momento del pánico ha pasado y ahora hay una mayor racionalidad", asegura José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi. "No se van asustar si el problema es de 20.000 millones o algo mayor, pero lo que quieren es saberlo concretamente, y ver la respuesta", cuenta, señalando que la clave de todo el juego es "eliminar las incertidumbres".
En cuanto a la repercusión de la reordenación bancaria en el Ibex, desde Inverseguros aducen que el índice podría verse beneficiado al ser las firmas cotizadas las que menos problemas tendrán para afrontar el proceso. Aclara, eso sí, que el hecho de que el selectivo finalice el año en los 10.900 puntos, o en los 11.900 dependerá de que termine de apaciguarse el perfil de riesgo soberano.
Y ahí, coinciden los analistas, pese al reciente ímpetu reformista de José Luis Rodríguez Zapatero, la pelota está en los tejados de Bruselas, no en los de La Moncloa. "Estamos ante un punto de inflexión. La sensación era que el modelo de rescates masivos no funcionaba y ahora la Unión Europea trabaja en otro sistema de ayuda más flexible, como utilizar el fondo de rescate para la compra de bonos", dice Nicolás López, de MG Valores. "Este cambio ha roto un poco la mecánica de los mercados de esperar rescate tras rescate a que cayera un país, para ir luego a por el siguiente", asegura. Ciertamente, la prima de riesgo española se ha relajado a niveles previos a la crisis griega, por debajo de los 220 puntos básicos. También el interés que se paga por el bono a 10 años se ha venido relajando desde el 5,545% que alcanzó a inicios de 2011 cuando las mirillas apuntaban a Portugal. Pese a que en los últimos días ha repuntado por encima de 225, lo peor parece haber pasado. "No esperamos grandes alegrías en los próximos dos o tres años, pero no creo que volvamos a esos momentos en los que parecía que íbamos a quebrar", concluye López.
La semana se ha saldado con otra gran novedad, el visto bueno a la reforma del sistema de pensiones que Zapatero anunciara, hace ahora un año, alentado por los mercados y los vecinos comunitarios. La mayoría de expertos consultados sostienen que unos y otros ya descontaban que la medida fuera a ser implantada y que, sin aportar empujes adicionales, lo negativo hubiera sido que no cubriera las expectativas. "Lo importante es que la cifra de 67 años como edad de jubilación no se ha caído de los textos", razona José Antonio Herce, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Desde su punto de vista, el hecho de que esta edad se vaya a flexibilizar para ciertos colectivos o para carreras largas de cotización "no nubla el mensaje" que se está enviando. "Países como Alemania, Suecia EE UU o Reino Unido querían vernos en esa franja, porque ellos ya han avanzado por ahí. La reforma da sostenibilidad al sistema, y eso es lo que los mercados piden", continúa. Por otra parte, opina, el refrendo del Congreso primero, y de los sindicatos y la patronal después, no hace sino reforzar la contundencia de la medida.
Por delante queda la reforma de los convenios colectivos, que el pacto social parece haber reimpulsado, y que debería elevar la productividad del empleo en España "con un mayor impacto", según las centrales sindicales, que la reforma laboral aprobada el pasado junio. Los efectos de esta última, que facilita y abarata el despido para intentar animar las contrataciones, no se dejarán ver hasta que la economía se recupere con fuerza, según admitió recientemente el propio ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. Y ahí esta la cuestión final que destacan los expertos a la hora de valorar cuándo apostarán de nuevo los mercados por España. "Las reformas son importantes para mejorar la percepción sobre la capacidad de la economía del país para, uno, crecer a largo plazo, y dos, para mantener su solvencia", exponen desde MG Valores. Pero no será hasta que ambos factores queden demostrados empíricamente cuando las dudas y la especulación den paso a la confianza y las inversiones.
El ejemplo de los países vecinos
Grecia, la primera víctimaA comienzos de 2010, Europa descubrió que los mercados que financiaron el progreso social de las últimas décadas se habían transformado con la crisis en un letal acreedor. La primera víctima fue Grecia, cuyas cuentas públicas habían sido falseadas y se encaminaba a la quiebra. La debacle llevó a la UE a actuar para rescatar al país. Con el fin de evitar que volviera a suceder, Bruselas creó un fondo de rescate para la zona euro, e impuso duras promesas de austeridad. El escudo, no obstante, se descubrió inútil, pues los mercados siguieron atacando a sus países vecinos. La propia Grecia tampoco está fuera de riesgo. El tipo de su bono subió al 12,43% en mayo de 2010. Este enero superaba incluso esa cifra.Rescate bancario en IrlandaLa revolución económica que protagonizó Irlanda a lomos del negocio de la construcción, le valió el sobrenombre de "el Tigre Celta". Aún tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, el país fue esgrimido ante España como el ejemplo reformista a seguir. Con el tiempo, sin embargo, el felino resultó no ser tan fiero. Pese a que la banca nacional, intervenciones aparte, aprobó los test de estrés publicados el pasado verano, el mercado mantuvo sus sospechas de que en sus cajas fuertes había más ladrillos que oro. El resultado fue un segundo rescate por parte de Europa. El plan de transparencia y remodelación del sistema financiero de España, trata de impedir que Madrid acabe igual que Dublín.El doble recorte portuguésConsciente de sus debilidades económicas, el Gobierno de Portugal no ha escatimado esfuerzos a la hora mantener contentos a los mercados. Mientras España acometía el pasado año el mayor recorte del gasto social de su historia, Lisboa aprobó dos en el mismo ejercicio. La población lusa se vio sometida así a un doble sacrificio de austeridad, y de aumento impositivo en nombre de la estabilidad y la confianza del país. A comienzos de 2011, sin embargo, estos esfuerzos se demostraron insuficientes, pues el mercado seguían pidiendo más. Solo el anuncio, por parte de la UE, de que el fondo de rescate del euro va a ser reinventado ha alejado los fantasmas de una nueva quiebra.