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Columna
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Un plan para el Royal Bank of Scotland

La salida de Royal Bank of Scotland del seguro del Estado en 2011 no es pan comido. Durante los últimos dos años, el Gobierno de Reino Unido ha indemnizado al banco casi nacionalizado contra pérdidas de 282.000 millones de libras de sus activos de mayor riesgo. La necesidad de este costoso plan de protección de activos parece ser menor ahora.

Ni RBS ni el gestor gubernamental de los activos creen que las pérdidas de la cartera superarán los 57.000 millones de libras. Si es así, el pago de una prima anual de 500 millones de libras para un seguro de siniestros sería un desperdicio de dinero. RBS ha pagado alrededor de 2.100 millones de libras de los 2.500 millones de libras de bonus. Podría pagar la diferencia, y aún ahorraría honorarios en curso que podrían compensar las pérdidas de los activos soberanos y los irlandeses que no estaban asegurados.

Pero este tipo de pensamiento ignora la posición de capital de RBS. El ratio Tier 1 de RBS caería 1,2 puntos porcentuales, hasta alrededor del 9%. Esto sigue estando por encima del techo de 7% recientemente establecido por Basilea III. Pero la Comisión Independiente de Banca podría desde septiembre exigir a los bancos universales como RBS respaldar sus unidades de banca de inversión, que requieren más capital. Las pruebas de estrés europeas del próximo mes podrían hacer que las reservas parecieran menos abundantes.

Pero sería inútil que RBS cancelara sus bonus solo para pedir al Gobierno, su principal accionista, más capital. El banco no debería considerar ni siquiera la cancelación de su cobertura hasta que la recuperación económica esté asegurada.

Por George Hay

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