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La crisis de la deuda en Europa

Los rumores de nuevas compras del BCE destensan la soga sobre España y Portugal

La convicción del mercado de que Portugal seguirá la suerte de Grecia e Irlanda siguió apretando ayer el nudo al cuello de la economía lusa, elevando el tipo de interés de su bono a un nivel histórico. Las dudas se contagiaron pronto a la deuda española, y a los parqués, haciendo caer al Ibex un 1,29%. Solo la especulación de que el BCE respondía comprando bonos logró rebajar algo estas tensiones.

De poco parece haberle valido al Gobierno de José Sócrates haberse plegado doblemente a los designios de los mercados. Pese a los dos grandes planes de ajuste del déficit que Portugal afrontó durante 2010 -dos raciones de subida de impuestos y otras tantas de recorte social-, para la economía lusa el nuevo año ha arrancado con la soga al cuello y más apretada que nunca. Los inversores ni siquiera han esperado a la subasta de deuda pública que se celebrará el miércoles en Lisboa, considerada como la prueba del algodón para comprobar si Portugal ha de ser rescatada por la Unión Europea, como ya lo fueran Grecia e Irlanda. El examen comenzó ayer bajo la presión del mercado, que colocó el tipo de interés del bono portugués a 10 años en el 7%. Cerca del máximo del 7,1% que alcanzó la pasada semana. Una fiebre peligrosa que se contagió rápidamente al vecino ibérico.

Así, la rentabilidad que se paga por los títulos españoles a 10 años se disparó hasta el 5,54%, un nivel no visto desde el 2000. A media mañana, sin embargo, se elevaron las compras de emisiones soberanas de Portugal. Una jugada tras la que estaría la mano del Banco Central Europeo, según afirmaron a Bloomberg tres operadores del mercado de deuda pública. La entidad presidida por Jean-Claude Trichet rehusó confirmar este extremo. De hecho, según se hizo público, la adquisición semanal de títulos soberanos europeos se rebajó la pasada semana un 31%, limitándose a 113 millones de euros.

Con todo, los rumores sobre el papel del supervisor europeo resultaron suficientes para contener las tensiones. Fuentes del mercado confirmaron a este diario que la institución se limitó a comprar títulos de Portugal, Irlanda y Grecia. Aún así, la prima de riesgo española, que se asomó a los 271 puntos básicos, se benefició del bálsamo del BCE y terminó en 267 puntos. Una banda intermedia entre el peor momento de la crisis griega, cuando el diferencial entre el bono español y el alemán estuvo en 221 puntos, y el más grave de la debacle irlandesa, que dejó el diferencial en 283 puntos.

La prima de riesgo española subió a 271 puntos y se rebajó a 267

Los asiduos al parqué, siempre con un ojo puesto en el mercado de deuda, se dejaron llevar por la tendencia negativa con que se inició la sesión. El Ibex se dejó un 1,29%, hasta 9.437 puntos, siendo la banca uno de los sectores que peor comportamiento registró (Santander se dejó un 2,68% y BBVA un 2,07%). La cosa no fue mejor en el resto del Viejo Continente, en el que Milán cayó un 2,36%, París un 1,64%, Fráncfort un 1,31% y Londres un 0,47%. Al otro lado del Atlántico, el S&P cerró con una caída del 0,14%, al Dow Jones con un 0,32% menos y al Nasdaq con una subida del 0,17% hasta los 2.707 puntos. Alcoa presentó resultados por encima de las previsiones.

Semana de subastas y reformas para los países en la diana

El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero continuaba ayer negociando con los sindicatos en un complicado juego de equilibrios a la carrera, en el que debe calmar a los mercados ofreciéndoles la reforma del sistema de pensiones, tratando de no ganarse de paso otra huelga general. "El mercado está esperando este mensaje", explica Ignacio Victoriano, de Renta 4. El hecho de que España termine, o no, siendo arrastrada por la desconfianza que reina en torno a Portugal, expone Victoriano, depende en gran medida, "de si el proyecto de pensiones que terminen aprobando es estructural o descafeinado".Paralelamente, el próximo test al que se someterá España llegará el jueves, cuando se celebra la primera subasta de deuda pública del año. Bonos a cinco años por una cuantía que está por definir. "Si el Tesoro coloca el importe deseado la tensión podría rebajarse. Si no llega, el efecto será muy negativo", adelanta Victoriano.Pero España no es el único alumno que se examina esta semana. Portugal tiene previsto emitir bonos a cinco y a 10 años el miércoles, con los que espera obtener entre 750 y 1.250 millones de euros.Ambos países recibirán, además, la visita esta semana de una delegación de eurodiputados, cuya misión es comprobar si el perfil de riesgo de estos dos países hace necesario recurrir de nuevo al fondo de rescate europeo que ya se activó para Grecia e Irlanda.Atenas, por su parte, se enfrenta hoy a la primera impresión de papel soberano de 2011: letras a seis meses por valor de 1.500 millones de euros. A su vez, Italia tiene programada una subasta para el mismo día que la de España. En la diana, sin embargo, no solo se encuentran ya los países periféricos. Bélgica, sin ir más lejos, veía ayer como su prima de riesgo saltaba a 134 puntos, la más alta desde la crisis griega. Por contra, la consideración del bund alemán como valor refugio le valió una rebaja de rentabilidad ayer hasta el 2,8%.

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