Balance de 2010
El ejercicio aporta grandes rendimientos, especialmente en la renta variable emergente.
Todos los años en el mercado de fondos de inversión, cuando estamos a punto de cerrar el año o acabamos de comenzar el siguiente, se hacen dos cosas: balance del año anterior y perspectivas para el año entrante. En esta ocasión vamos a repasar lo acontecido en el año 2010 desde un punto de vista de rentabilidades, aunque, por supuesto, no podemos dejar de tocar brevemente qué nos puede deparar el año nuevo, donde hay muchos asuntos pendientes.
Lo más destacable del año es, sin duda que, a pesar de toda la volatilidad y acontecimientos negativos vividos, particularmente a nivel nacional, las rentabilidades del mercado de fondos de inversión pueden lucir el orgullo de considerarse como buenas. El conjunto de todos los fondos de renta fija y monetarios, registrados a la venta en España, cerrarán el año con una rentabilidad media simple en euros cercana al 6%. No está nada mal, si se tiene en cuenta que el Ibex 35 arroja un retroceso del 17,43%. Lo sorprendente del asunto es que en el caso de los fondos de Bolsa, el balance es incluso mucho mejor. El conjunto de cerca de 2.500 fondos disponibles para el inversor español saldarán el año con una rentabilidad media en euros superior al 16%. Con unos tipos al 1% y una inflación de apenas el 2% son ambos rendimientos muy destacados.
Sin embargo, hay que puntualizar que estas medias son simples y están basadas en el conjunto de fondos disponibles (tanto domésticos como internacionales). La realidad es que el reparto de la inversión en fondos de los inversores españoles tiene una estructura muy conservadora y con un peso muy elevado en algunos de los activos que han registrado un peor comportamiento en el año: la deuda y la renta variable nacionales.
La Bolsa y el crédito 'high yield' seguirán siendo válidos como estrategia de inversión en 2011
Así, comenzando por el análisis de los fondos de renta fija, nos encontramos que la cola de la clasificación del 2010 se encuentra copada por fondos de renta fija de la zona euro o en euros, como no podía ser de otra manera. Ateniéndonos al sistema de categorías de Lipper, los fondos de renta fija de la zona euro de vencimientos medios han liderado las pérdidas, con alrededor de un 1,5% de minusvalía media. Otras pocas categorías similares han experimentado también ligeras rentabilidades negativas, dependiendo del plazo, pero quizás lo más grave ha sido que los fondos más conservadores (que son los de corto plazo) no pudieron evitar cerrar el año con números rojos, por mínimos que fueran estos. Así, los fondos monetarios en euros cierran el año con una rentabilidad de alrededor de cero, lo que no debiera sorprender si analizamos sus carteras y las comisiones medias que se cobran. Tampoco debiera sorprender la verdadera desbandada de inversores que ha tenido lugar tanto en esta clase de fondos como en los de renta fija en euros a corto plazo.
Eso sí, es lo anterior (los plazos más conservadores) lo que no ha funcionado. Pero el hecho es que, en realidad, todo lo demás (riesgo con diferentes grados) ha logrado cerrar el año con plusvalías interesantes. Hacia lo más alto de la clasificación (más allá de categorías de divisas exóticas) aparecen los fondos de deuda emergente, una de las grandes apuestas del año, también para el próximo ejercicio. Las rentabilidades medias para esta clase de activo superan nada menos que el 20%. Los fondos de deuda en dólares han sido los otros triunfadores del año. Aquellas categorías específicas con mayor riesgo (alto rendimiento o high yield y convertibles) también consiguen superar ligeramente ese excelente retorno medio del 20%. Los fondos de renta fija privada en euros también han conseguido interesantes resultados: excelentes en el caso del high yield (+12%) y aceptables en el caso de las de alta calidad (+3%).
Por el lado de los fondos de renta variable la diferencia entre los extremos es brutal como es la norma cada año. En lo más alto de la clasificación nos encontramos lo que ha venido siendo norma en los últimos años: categoría de emergentes. Una categoría que es testimonial en el mercado español como la renta variable tailandesa se alza con el primer puesto indiscutible con más de un 68% de plusvalía media. Otras categorías destacadas son las de bolsa del sector oro o Bolsa norteamericana de pequeñas compañías, con retornos medios alrededor del 51% y el 35% respectivamente.
Tiene el dudoso honor de liderar la parte baja de la clasificación de categorías de fondos de Bolsa la renta variable española, con una minusvalía alrededor del 13%. Más allá de otras categorías de bolsa de países periféricos y de bolsa de la zona euro, todos los otros fondos de bolsa registran plusvalías. Entre las categorías de referencia destacamos los fondos de bolsa europea con algo más del 11% de rentabilidad media y los de bolsa norteamericana que superan el 21%.
Este repaso que llevo haciendo durante los últimos diez años es muy útil porque permite adquirir perspectiva e identificar modelos de comportamiento con objeto de proyectar resultados para el siguiente año. Durante las fases alcistas (y yo creo que seguimos en una) las previsiones de las propias gestoras suelen ir bastante bien encaminadas, mientras que en los cambios de ciclo y los periodos recesivos suelen errar invariablemente (normalmente como resultado de la naturaleza de su propio negocio).
Por ello (además de otros factores) me apunto al consenso de las grandes gestoras que vendría a ser algo así como: renta variable y crédito (particularmente el high yield) seguirán funcionado; deuda pública no sería una buena inversión para el 2011; los activos emergentes seguirán superando a los de los países desarrollados pero atentos a los acontecimientos en aquellas regiones.
Juan Manuel Vicente Casadevall, EAFI. Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero
æpermil;xito para el mercado alemán
En 2010, el premio de categoría más destacada corresponde a la Bolsa alemana, por su relativa cercanía y por el hecho de ser capaz de brillar dentro de la económicamente gris zona euro.Como vemos en el gráfico central, Alemania se sitúa en un término medio entre la castigada Bolsa española y la brillante Bolsa tailandesa.