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Columna
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Menos minerales raros desde Pekín

China puede darse en el dedo de su propio pie con sus cuotas de metales raros. Al restringir las exportaciones de los elementos metálicos espera impulsar la industria local. Las empresas chinas perderán si la medida implica restricciones comerciales o un boicot a las adquisiciones en el extranjero. Si Pekín quiere enfrentar seriamente los problemas medioambientales -tal y como lo justifica-, debería reducir la producción de metales raros, no las exportaciones.

Los minerales raros, un conjunto de 17 elementos químicos, se usan en dispositivos electrónicos y de tecnología de energía limpia. Aunque China controla apenas el 36% de las reservas de minerales raros del mundo, suministra el 97% de la demanda mundial, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. La reducción de la cuota de exportación garantizará en el corto plazo que una mayor producción de estos metales permanezca en China. La reapertura de las minas lleva tiempo y hay una experiencia operativa limitada fuera del país.

Aunque la medida plantea preocupaciones comerciales, la Organización Mundial del Comercio no puede retorcer el brazo a China. El director del organismo, Pascal Lamy, ha dicho que las restricciones a la exportación de recursos son difíciles de abordar en las disposiciones vigentes. Asegurar su acceso no era una prioridad política cuando las normas comerciales se establecieron hace 60 años.

Sin embargo, los países preocupados por perder el acceso a las materias primas pueden hacer justicia con sus propias manos. El representante de la oficina comercial de EE UU dice que "está muy preocupado". Washington ya está en disputa con Pekín por los neumáticos y los subsidios solares. Podría imponer más aranceles a las importaciones chinas o restringir las exportaciones de alta tecnología a Pekín.

China depende en gran medida de las importaciones de otras materias primas como el hierro -es el mayor comprador mundial-. Las cuotas de exportación envían una muy mala señal.

Wei Gu

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