"Codorníu exportará el 60% de las ventas en 2013"
Bodegas Bilbaínas, Raimat, Bach, Legaris y la propia Codorníu forman el grupo, que estudia compras en España, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina
Espera cerrar el año fiscal que termina en junio con una facturación de 235 millones de euros, lo que supondría un aumento del 6%. Un 49% de esta cifra ya se genera fuera de España. Xavier Pagés se remonta a las raíces del grupo cuando asegura que hace más de 100 años que inició las exportaciones. El escaso movimiento del mercado español ha focalizado el plan de crecimiento en los mercados exteriores.
Ha elaborado un plan de crecimiento a tres años. ¿En qué se basa?
Potenciaremos nuestras marcas. Queremos ser aún más fuertes en los segmentos premium y prestige, lo que significa que no estamos en la parte baja del mercado. Tradicionalmente nuestra posición ha sido el segmento medio alto y alto. No creemos solo en el crecimiento en unidades, con la intención de buscar el margen para seguir cultivando nuestras marcas. Por otra parte, pensamos en la internacionalización. Es una de las salidas claras desde un país como el nuestro que tiene una economía difícil, con unas perspectivas duras durante un cierto tiempo.
Las ventas en el exterior, ¿cuánto podrían aportar en 2013?
No empezamos de cero porque ya generamos un 50% fuera. La internacionalización la iniciamos en el siglo XIX. Cuando eres líder en España en el sector del cava y también en algunos segmentos en vino, buena parte del crecimiento tiene que surgir de los mercados exteriores. Entonces, si el crecimiento es orgánico, un 60% de las ventas del grupo se generará en los mercados exteriores.
Esperan cerrar el ejercicio fiscal con 235 millones de facturación, ¿cuál sería el objetivo al final del plan?
La intención pasa por colocarnos en los 300 millones de euros. Todo esto, con crecimientos internos. Pero si se dan oportunidades en marcas también nos podrá interesar realizar alguna adquisición.
Compras a nivel internacional...
Donde más nos interese. Queremos marcas. Pero eso sí, en los cuatro mercados con fuerte implantación: España, Estados Unidos, Reino Unido y Argentina. En este último país ya tenemos una bodega que va muy bien, con crecimientos de más del 20%. Después de estos países, existen los mercados emergentes, especialmente Brasil. También tenemos una posición positiva y creciente en Rusia y en China, aunque en este último caso no es significativa.
Pero ¿existe un presupuesto para estas posibles compras?
Veremos oportunidades. Tenemos unos recursos propios de 200 millones, fruto de una política prudente de muchos años. Efectivamente tenemos una situación financiera muy sólida.
Estamos hablando de adquisiciones de marcas con una bodega detrás...
Sí, con producción. Se puede dar el caso de que compremos una marca de una zona en la que estamos implantados y que no exista ningún problema en incorporarla con espacio suficiente en una misma bodega. Pero nuestro modelo no es comprar vino y venderlo. Trabajamos y cuidamos el vino de calidad a largo plazo, con los agricultores.
El plan se centra en crecer en vino y cava. ¿Prevé alguna diversificación? El subsector del agua embotellada está movido...
No. Queremos centrarnos en vino y cava. Pero también es verdad que estamos pensando en utilizar alguna de nuestras marcas para que se establezca en otros segmentos del mercado. Sin embargo, por el momento no hay nada concreto ni decidido.
¿Cómo evoluciona la campaña de Navidad?
Tenemos un concepto amplio de la campaña de fin de año, que va desde octubre hasta diciembre, y representa un 45% de las ventas. Hemos conseguido una cierta desestacionalización en los últimos años. A pesar de los sustos que tenemos, existe un consumo positivo de primeras marcas. Las ventas de vino y cava aguantan. No son productos imprescindibles, pero nos hacen la vida más agradable. A nosotros, como grupo, nos está funcionando bien. Pensamos crecer un 6%, aunque hasta que no hayan concluido las fiestas navideñas no sabremos si estamos por debajo o no del presupuesto. Pero como quedará parte del año fiscal por delante, pensamos que podremos alcanzar el objetivo.
¿Afecta la competencia de las marcas blancas?
Claro. Mientras haya elaboradores y distribuidores que aumenten sus lineales en base a estos productos la oferta que se le dará al consumidor de marcas será más estrecha. Me da la impresión que el distribuidor debe entender que las marcas son las que aportan más valor a la economía. Pero intentamos crear una relación emocional con el consumidor, de calidad y precio. El problema está en marcas en las que el consumidor no sabe encontrar el valor añadido. Pero insisto que a nosotros nos va bien, y pensamos que podemos crecer mucho más en un futuro. Los que hacemos marcas tenemos que asegurarnos que el cliente entiende este valor añadido.