_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una CEOE reforzada y autónoma

Hoy a medianoche se cierra el plazo de presentación de candidaturas a la presidencia de la CEOE. Salvo sorpresas de última hora, serán la de Juan Rosell, el presidente la patronal catalana Fomento del Trabajo, y las del presidente de la patronal andaluza (CEA), Santiago Herrero, y de la asociación tecnológica Ametic, Jesús Banegas. Estas dos últimas podrían formar una candidatura conjunta si son capaces de decidir cuál de los dos será cabeza de cartel. Por su parte, Arturo Fernández, representante de los empresarios madrileños, descartó ayer definitivamente competir el 21 de diciembre en las elecciones, lo que favorece claramente las intenciones de Rosell.

Al final, no ha sido posible satisfacer la pretensión del aparato de la patronal, y buena parte del colectivo empresarial, de aunar las voluntades para presentar una única candidatura. Se habría conseguido con ello dar imagen de fortaleza y, sobre todo, de unidad de criterio para negociar las importantes reformas económicas que el Gobierno debe aprobar en los próximos meses. Esa es la principal razón por la que resulta imprescindible que la CEOE recupere el liderazgo perdido por Gerardo Díaz Ferrán, cuya libertad de acción quedó mermada paralelamente a la crisis del grupo empresarial que comparte con Gonzalo Pascual, hoy en concurso de acreedores.

El presidente de la CEOE que emerja el 21 de diciembre debe garantizar la independencia y la autonomía de la organización, fundamentales para afrontar las negociaciones abiertas con el Ejecutivo y los sindicatos, pero también para impulsar la salida de la crisis. Las próximas semanas deben aprobarse reformas de gran calado -Seguridad Social, modelo energético, reglamentos de la reforma laboral o reducción de las cargas administrativas a las empresas- que exigen la participación y la colaboración de una CEOE fuerte, cuyo objetivo debe ser no aceptar reformas a medias.

La tarea más inminente con que se va a encontrar la nueva cúpula de la patronal será la reforma de la estructura de negociación colectiva, en negociación con los sindicatos. Solo una dirección unida y fuerte será capaz de dirigir una transformación imprescindible, que implica exigir a numerosas organizaciones sectoriales y territoriales que cedan sus actuales prerrogativas para simplificar un modelo que abarca 6.000 convenios de distinto ámbito. La nueva presidencia debe generar suficiente adhesión interna para avalar el necesario respaldo a esta reforma.

Independencia y cohesión son las dos características básicas a que debe aspirar la nueva dirección. Pero además tiene ante sí el reto de recuperar una representatividad mermada. Para ello, tiene que ser capaz de demostrar que defenderá por igual los intereses de todos los sectores y empresas, sean grandes o pequeñas.

Archivado En

_
_