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Crisis en la deuda soberana

Irlanda y Portugal empujan hacia máximos la prima de riesgo española

La tormenta de la deuda soberana volvió a arreciar ayer sobre los bonos de Irlanda y Portugal, contagiando de nuevo a España. Una subasta en el país vecino y la decisión de la London Clearing House de elevar las garantías para los intermediarios que operen con deuda irlandesa echaron gasolina al fuego. El riesgo país español aumentó 6,5 puntos básicos, hasta 206 puntos, máximo desde julio. El Ibex cayó el 1,68%.

El temporal amaina en el cielo, pero no en los mercados. Tras una mañana de falsa tranquilidad, los inversores insistieron ayer en el castigo a la deuda periférica europea, irlandesa y portuguesa principalmente, aunque también contagiaron a España, y desataron una nueva sesión de pérdidas. El tipo del bono irlandés se disparó hasta el 8,64%, y el luso hasta más allá del 7% y, aunque el tipo de la deuda española creció menos, la prima de riesgo está ya sobre los 200 puntos.

En Irlanda, el núcleo de la crisis, la situación está en un punto de no retorno. La cámara de compensación LCH.Clearnet -que ejecuta y garantiza operaciones del mercado de valores- anunció que exigirá mayores garantías -un 15% más- a los intermediarios que operen con deuda irlandesa, para reflejar el mayor riesgo de estos activos. La decisión, de carácter muy técnico y derivada del alza de los tipos irlandeses, elevará los costes de operar con estos activos, pero el efecto sobre el mercado fue devastador para Irlanda, cuya deuda vivió el peor día de su historia al aumentar el tipo de interés en 69 puntos básicos.

En paralelo, Portugal logró colocar deuda a seis años y 10 años, pero a tipos muy elevados, que llegaron al 6,16% en seis años frente al 4,37% de una emisión a este mismo plazo celebrada en agosto. El ministro de finanzas portugués reclamó ayer una clarificación del mecanismo permanente de crisis para la zona euro, dado que la incertidumbre sobre las características de éste están castigando la deuda de los países periféricos. Los diferenciales de Irlanda y Portugal con Alemania son ya de 619 y 460 puntos básicos, respectivamente.

La pérdida de valor de la deuda española fue más limitada, pero paso a paso, el diferencial de España con Alemania se acerca a los 221 puntos marcados en junio de este año, y el bono ha pasado del entorno del 4% a la zona del 4,5% en dos semanas. Ayer, en el peor momento del día, la prima de riesgo llegó a 210 puntos. Los mercados, como cabía esperar, castigaron al Ibex, que perdió un 1,68%. Esta vez, no obstante, el descenso del mercado doméstico fue similar al registrado por otros índices europeos, un leve consuelo para la Bolsa española, que desde el día 22 de octubre ha retrocedido un 6% y que en el año tiene 27 puntos porcentuales de desventaja con el mercado alemán.

El Euro Stoxx 50 bajó un 1,55%, mientras los principales índices de Irlanda, Grecia y Portugal se dejaron el 1,52%, el 2,78% y el 0,29%, respectivamente.

Estados Unidos se libró de la quema, favorecido por el dato de peticiones iniciales de subsidio de paro, que fue mejor de lo que se preveía. El índice Dow sumó el 0,09%, el Nasdaq el 0,62% y el S&P 500 el 0,44% antes del semifestivo de hoy, Día de los Veteranos, en el que el mercado de deuda estadounidense estará cerrado y se prevé menos volumen en la Bolsa.

La deuda del 'tigre celta' cotiza al 78% del nominal

Hace ya un par de semanas que la deriva irlandesa, el antes alabado tigre celta de la economía europea, sigue los pasos de la denostada economía griega, al menos en lo que a la evolución de sus activos se refiere. Tras el desastre de ayer, el bono irlandés a 10 años cotiza ya al 78% de su nominal. Es decir, se pagan 78 euros por un bono del que Irlanda devolverá 100, además de los intereses. Igualmente preocupante es la evolución de la deuda a plazos más cortos. El bono a dos años cotiza con un tipo del 5,79%, un 1,22% más que anteayer, y el de cinco años está ya en el 7,82% -un 86% del nominal-. Esto significa no ya que el mercado otorgue probabilidades a un impago o una reestructuración de la deuda, sino que cada vez prevé que eso sucederá antes. De ahí las ventas en deuda de plazo corto.En Grecia la situación estalló al reconocer el nuevo Gobierno un déficit superior al oficial, en Irlanda al asumir el Gobierno las deudas contraídas por los bancos. Pero el mercado ha puesto a ambos países en el mismo carril. Analistas de Barclays comentaban ayer que la pérdida de valor de la deuda irlandesa corresponde más a un sentimiento de mercado extremadamente negativo que a un cambio en los fundamentos económicos. Las dudas sobre el mecanismo de rescate europeo y la insistencia alemana en que los tenedores de bonos asuman potenciales reestructuraciones están haciendo daño a los países sometidos a la presión inversora. Y aunque Irlanda no tiene que financiarse hasta el año que viene, mucho tiene que amainar la tormenta para que no se repita el caso griego. "A estos niveles el Gobierno irlandés encontraría más atractivos los tipos de interés proporcionados por el mecanismo de rescate", explica Barclays.

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