Rebelión de los "pequeños" contra la reforma franco-alemana del Pacto de Estabilidad
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, intentarán entre hoy y mañana imponer su reforma del Pacto de Estabilidad durante el Consejo Europeo que se celebra en Bruselas.
Pero la rebelión de los países pequeños y de la Comisión Europea contra el rodillo germano-francés se ha acrecentado en las últimas horas y hace una augurar una cumbre más enconada de lo previsto. La cita arranca a las 17 horas de hoy.
El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, el miembro más veterano del Consejo, se ha convertido en el abanderado de los países que se niegan a incluir en el Pacto sanciones políticas como la suspensión del derecho de voto de los Gobiernos que violen sistemáticamente las normas presupuestarias de la UE, una de las demandas exigidas por Berlín y París. "No es viable", aseguró Juncker sólo 24 horas antes de que comience la cumbre. Y esta misma mañana, el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, también ha asegurado que "no es realista" la propuesta franco-alemana.
Las fuerzas de los dos bloques, sin embargo, son muy desiguales. Juncker puede recibir el apoyo de los países que se sienten humillado por el diktat germano-francés o que temen reabrir un Tratado de Lisboa recién estrenado. Pero Berlín mantiene como rehén el Fondo Europeo de Estabilización Financiera, la hucha común creada a raíz de la crisis griega y que expira en 2013. Merkel insiste en que sin endurecimiento del Pacto no renovará la contribución alemana a ese Fondo, lo que dejará en el aire a los miembros más vulnerables de la zona euro.