Rentabilidades no absolutas
Los retornos de los fondos regulados que tratan de imitar a los 'hedge funds' están en cuestión.
En los últimos dos años el desarrollo de los fondos (llamados) de rentabilidad absoluta ha sido uno de los acontecimientos destacados en la industria de inversión colectiva tanto en España como en Europa. La idea principal tras esta iniciativa es ofrecer un producto de inversión similar a los fondos hedge.
La similitud vendría dada por la adopción de estrategias e instrumentos como los usados dentro de la industria de inversión alternativa pero dentro de un entorno regulado. El objetivo sería ofrecer a los inversores rentabilidades similares a la de los fondos hedge pero con la seguridad regulatoria de los fondos UCIT.
La primera cuestión que se le puede plantear al lector es si en realidad los resultados ofrecidos por los fondos hedge son deseables, ya que han sido muy frecuentes en los últimos años las puestas en cuestión de este producto financiero. Pues bien, yo diría que se puede hacer una diferenciación entre el largo plazo por un lado y el medio y el corto plazo por otro.
En el largo plazo los guarismos reportados por los fondos hedge, comparados con los principales tipos de activo y la industria de fondos de inversión tradicional regulada, son claramente superiores. Los único que se puede cuestionar es si son fiables los índices que reflejan el comportamiento de los fondos hedge. La industria hedge es reconocida por su opacidad y por su elevada mortandad, lo que implica que ajustar por el llamado riesgo de supervivencia sea clave. Cabe preguntarse también cuál es el porcentaje de fondos que dejan de reportar bastante antes de su liquidación cuando los resultados comienzan a deteriorarse.
En el corto y medio plazo los resultados de los fondos hedge han sido de verdad decepcionantes. Si tomamos el último año o los tres últimos años, estos fondos no sólo no han sido capaces apenas de batir la inflación en términos agregados, sino que un buen número de estrategias se sitúan en negativo.
Volvamos a los fondos de rentabilidad absoluta regulados. La teoría apuntaría a que si estos fondos tienen limitado por temas regulatorios las cosas y grados en los que pueden invertir y la calidad de los gestores está en principio menos reconocida o testada que la de los gestores de fondos hedge, su objetivo de ofrecer resultados similares no será fácil de cumplir. Incluso en los abundantes casos en lo que los gestores de los fondos de rentabilidad absoluta regulados provienen del mundo hedge, todavía nos encontraremos con el elemento de menor flexibilidad a la hora de invertir. Cierto es que normalmente lanzarán productos con estrategias de fácil réplica en el entorno regulado.
La práctica se resume en que todavía es demasiado pronto para evaluar los resultados relativos. No sólo eso, sino que deben de desconfiar de comparativas simplistas que no tengan en cuenta la homogeneidad de las estrategias y sesgos como divisas y otros. Yo sí apuntaría ya que se observan algunas pautas, como que vienen funcionado bien estrategias de renta fija, de emergentes y de materias primas, exactamente igual que en el mundo hedge (o la inversión tradicional) o que estrategias en teoría fáciles de replicar como long/short o global macro ofrecen de momento muy modestos resultados, como en el mundo hedge.
El retorno absoluto está en cuestión. Desgraciadamente, los resultados agregados del sector no invitan al inversor a tener certeza en la obtención de rentabilidades positivas. Existen grandes gestores pero la excelencia sólo es conseguida por un escasísimo porcentaje.
Juan Manuel Vicente Casadevall, EAFI, socio director
Niveles de riesgo
Los fondos de rentabilidad absoluta son complejos porque además de las diferentes estrategias se deben tener en cuenta los tipos de activo e instrumentos en los que invierten y los niveles de riesgo.
En lo relativo al riesgo Lipper ha desarrollado una metodología para diferenciar los fondos de retorno absoluto por su nivel de riesgo y los divide en alto, medio y bajo riesgo.
El gráfico proporciona las rentabilidades de los índices, en cada una de las categorías, en los últimos cinco años.