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La respuesta sindical de la crisis

La convocatoria paraliza la gran industria pero no el grueso de la actividad

Los sindicatos cifran el seguimiento en el 70% y la patronal dice que sólo se notó donde hubo piquetes violentos La guerra de cifras fue inevitable. Los sindicatos creen que la jornada fue "un éxito incuestionable", secundada por el 70% de los trabajadores, mientras que la patronal aseguró que la incidencia fue escasa, salvo en la gran industria, donde superó el 60% por los "piquetes coactivos". Sin embargo, el grueso de la actividad no cesó. UGT y CC OO esperan que el Gobierno rectifique urgentemente.

Huelga sí, general no. Este titular, que ha servido para definir otras huelgas generales que tuvieron poca incidencia, podría servir también para el paro de ayer.

Así ante la dificultad objetiva de cifrar un seguimiento de la huelga, la impresión general y los datos de unos y otros confirman que, en términos generales, no se paralizó el país, aunque CC OO y UGT defienden que diez millones de trabajadores pararon (el 70%). Si bien la huelga dificultó bastante la actividad en la mayoría del sector industrial, sobre todo en la automoción. En este último sector el seguimiento fue de casi el 100%, según el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.

La propia patronal del metal (Confemetal) admitió ayer una incidencia del paro de entre el 60% y el 70% y una caída del consumo energético en la gran industria del 31%, el doble que el descenso general registrado ayer. Aunque, dicho esto, los empresarios atribuyen este hecho a la existencia de "piquetes coactivos". De hecho, el sector industrial, junto con los mercados de abastos de las grandes capitales y los autobuses metropolitanos de ciudades como Madrid, Sevilla o Bilbao fueron las actividades donde los piquetes provocaron mayores incidencias y donde el seguimiento de la huelga fue mayor. El Ejecutivo cifró el paro del transporte en el 21% frente al 92% del cálculo sindical.

Por el contrario, en el sector servicios -donde se emplean dos de cada tres trabajadores en España- registró un seguimiento mucho más escaso. Según la patronal, apenas cerró el 5% de los grandes almacenes y el comercio en general. Cifra que el Gobierno elevó al 10% y los sindicatos, al 34% (ver gráfico). Igualmente, los datos que maneja el Ejecutivo reflejan un seguimiento del 3% en hostelería. La convocatoria tampoco se dejó sentir en el sector público, salvo en alguna televisión autonómica como Telemadrid o Canal Sur, donde no hubo emisión. En la Administración General del Estado secundaron el paro el 7,5%, según Corbacho.

Pero, al margen del seguimiento por sectores, que fue muy desigual, según todas las partes, los empresarios fueron más allá y aseguraron que: "donde ha habido libertad, no ha habido huelga", según CEOE.

Esta fue, por tanto, la tesis que defendió desde primera hora de la mañana el secretario general de la patronal, José María Lacasa. "La jornada está siendo de gran normalidad, salvo donde ha habido servicios mínimos insuficientes que no han garantizado el derecho al trabajo y donde se han registrado piquetes violentos", dijo. Así, continuó el número dos de CEOE, "una vez se disuelve el piquete coactivo, el trabajo se ha podido desarrollar con normalidad".

Pese a todo, Lacasa precisó que en el día de ayer "los empresarios no detectaron grandes actos de violencia"; y alabó la actuación de las fuerzas del orden y seguridad del Estado que, en su opinión, "cumplieron razonablemente bien con su función", de garantizar el derecho al trabajo.

En algo de esto sí coincidieron la patronal y los sindicatos. Para las centrales, "gracias a los servicios pactados (en ocho de las 17 comunidades autónomas) los incidentes han sido mucho menores que en huelgas anteriores", dijo ayer el líder de UGT, Cándido Méndez; quien, al contrario que los patronos, se quejó de un "inusitado despliegue policial sin precedentes". Y reprochó a los empresarios "haber ejercido presiones y amenazas de despido a los huelguistas".

La llamada de Zapatero

En general, el Ejecutivo eludió dar una cifra de seguimiento debido a que este fue muy "desigual", en función de los sectores y los territorios. Si bien, Corbacho admitió, a última hora, un "efecto moderado" del paro, sin incidentes destacables. Por ello valoró la responsabilidad de los sindicatos, que según el cálculo gubernamental, garantizaron el cumplimiento del 99% de los servicios mínimos.

Pero esta no fue la única mano que el Gobierno tendió ayer a los sindicatos. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a invitar a las centrales a retomar el diálogo, que reabrirá en los próximos días, sobre la reforma de las pensiones.

Sin embargo, Méndez y Toxo escenificaron a media mañana su férrea disposición a no aceptar la invitación de Zapatero, a no ser que éste rectifique la reforma laboral. Según Méndez, las centrales "no se conformarán con una llamada (de Zapatero), el Gobierno debe lanzar urgentemente contenidos inequívocos" que confirmen la rectificación de los cambios laborales.

Pese a ello, "en los próximos días -dijo Toxo- no podemos sentarnos a dialogar como si no hubiera pasado nada". Y añadió que "pudiera ser que mañana (por hoy) recibamos una llamada de Zapatero, entonces ambos sindicatos abriremos una reflexión interna y consensuaremos la respuesta".

Preguntados por cuáles son esos signos inequívocos para retomar el diálogo con el Ejecutivo, Méndez precisó lo que no les vale, que es la oferta de Zapatero de retocar la reforma en su desarrollo reglamentario. "Eso lo dejamos para Romanones, que decía, que hagan otros las leyes que ya las cambiaré yo en los reglamentos".

Según la agenda sindical, para reconstruir el diálogo social, el Ejecutivo deberá: rectificar la ley de la reforma laboral, "con otra ley"; levantar la congelación de las pensiones y el recorte de sueldo de los funcionarios; desistir de retrasar la jubilación a los 67 años y reconducir su política económica en los Presupuestos de 2011.

No obstante, dicho todo esto, ambos líderes sindicales suavizaron su postura al matizar lo que harán ante futuras llamadas al diálogo del Ejecutivo. "Los sindicatos tenemos derechos a ser informados, consultados y a participar, y no vamos a renunciar a ello; y ejerceremos este derecho aunque sea desde la discrepancia radical", indicó Méndez.

De idéntica forma, el líder de CC OO aseveró: "como somos educados, acudiremos a las llamadas que con sentido se nos realicen; escucharemos lo que se nos tenga que decir y tomaremos decisiones".

El consumo de energía cae un 14,9%, cinco puntos menos que en 2002

Los datos fríos ponen en cuestión las proclamas sindicales respecto al éxito de la huelga de ayer. Según Red Eléctrica Española, el consumo de energía eléctrica durante la jornada de paro descendió un 14,9% respecto a las previsiones que la empresa pública elabora con un complejo cálculo econométrico.La utilización de energía sirve como referencia de la actividad real registrada en fábricas y comercios, y los datos de REE no reflejan una caída notable a raíz del paro general. Según la empresa dirigida por Luis Atienza, durante la anterior huelga general, celebrada el 20 de junio de 2002, el consumo de energía descendió un 20,5% respecto a la previsión realizada entonces.De este modo, la minoración del uso energético registrada en la jornada de ayer queda más de cinco puntos por debajo de la de hace ocho años.Pero las distancias se abren todavía más respecto a las huelgas de 1994 (cerca del 30% de caída de consumo) y la que obtuvo un seguimiento más masivo, el 14 de diciembre de 1988, cuando el descenso de consumo se acercó al 40% (es decir, más del doble que el registrado ayer).

Los protagonistas del paro:

l Ignacio Fernández Toxo: "No anunciaré una segunda huelga general, pero si no se rectifica habrá un escenario de conflicto importante".l Cándido Méndez: "Zapatero debe abrir ahora un periodo de profunda reflexión que le haga rectificar sus políticas"l Gerardo Díaz Ferrán: "La huelga la vamos a pagar todos y será muy mala para España".

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