Blanco debe despejar dudas
El ministro de Fomento, José Blanco, recalcó el jueves, tras su reunión con la vicepresidenta Elena Salgado, que no quería abrir expectativas respecto a qué obras se salvarán del recorte de la inversión en infraestructuras para el próximo año, gracias a los 500 millones adicionales. Por eso, se limitó a precisar que la A-8 saldría beneficiada y no quiso citar otras actuaciones. Pero poco tardó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en tranquilizar al presidente andaluz, José Antonio Griñán, confirmándole que un cuarto de los 500 millones iría para obras en su comunidad autónoma, una de las cuales -el puente de La Pepa, en Cádiz- visitó Blanco ayer.
Este goteo de información no es bueno, ni para las demás autoridades autonómicas ni para las constructoras. Es preciso que, en su comparecencia de mañana en el Congreso para explicar el reparto de la inversión, Blanco desvele qué obras se van a ejecutar. Pero, sobre todo, que anuncie por fin qué proyectos se incluirán en el Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI), que prevé inversiones de 17.000 millones de euros hasta 2013 financiadas en colaboración pública-privada. Sería una forma de demostrar que esas inversiones se desligarán de los avatares políticos y se acogerán únicamente a estrictos criterios de eficiencia económica.
