Barclays advierte de que la crisis griega puede contagiarse a España, Portugal e Italia
El 'efecto contagio' del riesgo de impago de Grecia sobre España, Portugal e Italia ha reaparecido en el tercer trimestre del año, según el análisis económico realizado por Barclays Wealth Economics para el periodo que va desde julio a septiembre.
En un informe en el que se plantea la supervivencia de la Unión Económica y Monetaria en el seno de la UE, Barclays Wealth prevé que el PIB de Grecia se desplome "próximamente", por lo que califica de "muy poco probable" que el país heleno pueda evitar el incumplimiento de pago de su deuda externa, de modo que entraría en suspensión de pagos.
La entidad británica advierte de que este supuesto ya es "bastante malo", si bien va más allá y recorta sus previsiones de crecimiento de la UE para el próximo año ante el ajuste fiscal encabezado por Alemania. "Lo peor está por llegar", avisa, para después argumentar: "Si un país (Alemania) sin graves problemas con sus finanzas públicas va a endurecer su política (fiscal), entonces otros con problemas más serios deberán hacer un esfuerzo fiscal proporcional respecto al alemán".
Pues bien, Barclays espera que la restricción de los Presupuestos de los gobiernos de la zona euro arañe un punto porcentual al PIB comunitario, con lo que el crecimiento para 2011 se quedará en un leve 1%. Con esta rebaja de las previsiones, el banco descarta que se produzca una fase expansiva por encima del potencial, por lo que ya avisa de que no habrá retroceso en la tasa de desempleo, que en España cerró el segundo trimestre en el 20,09% de la población activa.
Durante el pasado mes de mayo los mercados internacionales especulaban con la posibilidad de que la crisis griega, que requirió de un fondo de rescate de alrededor 110.000 millones procedentes de la UE y el FMI, se contagiara a los países periféricos de la zona euro. La publicación de los test de estrés la semana pasada inyectaron confianza a España para afrontar el pago de su deuda.
Para la entidad británica, la economía global afronta tres grandes problemas: el riesgo de que los consumidores estadounidenses no aumenten el gasto; el riesgo de que la UEM se desplome, y el riesgo de que los temores inflacionistas hagan que los responsables asiáticos de la política monetaria pongan freno a su desarrollo. Así titula: tres regiones, tres riesgos.