Reflexiones sobre la solar termoeléctrica
El RDL 6/2009 alteró el sector de renovables en general y el solar termoeléctrico en particular, dado que una vez publicado el susodicho RDL, se produjo un efecto llamada consistente en que proyectos que no estaban del todo maduros se presentaran ante la incertidumbre y la inseguridad que se presagiaba para los proyectos que quedaran fuera.
Se suponía que todos los proyectos que habían entrado en el registro de preasignación habían cumplido una serie de requisitos que de otra manera excluían la inscripción en el registro de preasignación. A su vez, algunos proyectos que no estaban del todo maduros, se autoexcluían por esa misma razón.
Sucedido lo anterior, llegamos a la actual situación donde, por un lado, se han asignado cuatro fases para 240 MW inscritos en el registro de preasignación y, por otro, se anuncia que hay que bajar con carácter retroactivo las primas a las renovables incluidas las de solar termoeléctricas.
Sabiendo que la situación económica es complicada; que la energía procedente de la solar termoeléctrica debe mejorar tanto en rendimiento global de las plantas como de coste en la medida que haya un periodo de aprendizaje y maduración tecnológica, y que debemos contribuir todas las partes implicadas a no profundizar en la crisis, sí debemos hacer una reflexión sobre algunos planteamientos.
Ha habido una estampida de inversores extranjeros por la inseguridad jurídica que lleva implícita la cuestión. Hay que tener en cuenta que es uno de los escasísimos sectores que todavía atraía fondos extranjeros. Esta medida se debe eliminar por principio, dado que no se pueden cambiar las reglas del juego para aquellas plantas que ya están en producción o están a punto, por los problemas financieros que eso supondría, amén de cerrar las puertas a los nuevos fondos, tan necesarios como el propio aprendizaje de la tecnología.
Cualquier medida que se quiera tomar debe plantearse en el marco del próximo real decreto, con lo que los posibles promotores sabrán a qué acogerse.
Hay un absoluto desconocimiento de la tecnología. Si algo tiene esta tecnología es la gestionabilidad, hasta REE se ha encargado de anunciar que las plantas solares termoeléctricas aportan gestionabilidad y estabilidad al sistema. Por lo que la disminución y limitación de horas de funcionamiento es un razonamiento inútil que va en contra de la coherencia que tratamos de dar al mundo de las renovables. Otra cuestión será que el número de horas de trabajo se debe ajustar al proyecto inicial presentado, sin que nadie se pueda acoger a posibles ampliaciones o modificaciones. Por tanto, las plantas deben responder al proyecto inicial, y lo que debería ser de obligado cumplimiento para el próximo real decreto es el almacenamiento térmico, lo que implicaría mayor gestionabilidad al sistema.
La documentación exigida en el RDL 6/2009 implicaba que todas las empresas que solicitaron estar incluidas en el registro de preasignación estaban en disposición de ejecutar el proyecto. Por tanto, no hay ninguna razón objetiva para que no cumplan con sus compromisos, so pena de ejecución de avales, que para algo se exigen.
Ahora bien, sí se podría evitar la ejecución de avales a aquellos proyectos que antes de que salga el nuevo real decreto renuncien por razones objetivas a su ejecución. Estas plantas irían al siguiente real decreto y por tanto ahí el Gobierno encontraría un ahorro real en las primas. Si se ejecutara esta medida, los MW instalados al final de la fase 4 se aproximarían más a lo que el sector realmente pensaba. Pero para llevarlo a cabo, el ministerio tiene que ser claro en sus posiciones no creando incertidumbres.
La única salvedad que se podría aplicar en este apartado son aquellos proyectos que con fecha anterior a la publicación del RDL 6/2009 estuvieran en fase avanzada real y demostrable de construcción, en cuyo caso sería cuestión de analizar la situación y dar una solución que pueda ser justa y equilibrada. Si lo anterior se ejecuta con rapidez y eficacia, entraríamos mejor en el nuevo y esperanzador periodo.
Carlos Muñoz Conde. Director de Energy Vista