Los pronósticos de los bancos quebrados
Hay un banco británico, el Royal Bank of Scotland, que sólo sobrevive gracias al cordón umbilical de su estado, pero que se permite publicar sesudos informes sobre la salud de la economía europea o los riesgos del resto de la banca comunitaria. Informes profusamente citados por la prensa anglosajona, sin recordar el precario estado de la entidad que los emite. Y no es el único. A uno y otro lado del Atlántico, bancos zombies dan lecciones de capitalismo mientras el Gobierno de turno les mantiene en pie. Sólo falta que el gobierno griego se ponga a sentar cátedra sobre la gestión de las finanzas públicas.
El banco escocés, en concreto es el mismo que se embarcó en la aventura de comprar ABN Amro en vísperas de la mayor crisis financiera de los últimos 80 años, sin que sus nostradamus particulares avisaran del riesgo. Aquella operación se convirtió en la peor pesadilla para Fortis (desintegrado) y RBS (prácticamente, nacionalizado). Sólo salió bien parado de la operación el representante de la banca española (tan denostada por los anglos): el Santander.
Un error, aunque sea multimillonario, lo comete cualquiera, sobre todo, si al final lo paga el contribuyente con sus impuestos. Pero los analistas de RBS han cometido otros. A principios de 2008, aún andaban preocupados por la inflación en el Reino Unido y descartaban un batacazo de la economía británica. En marzo del mismo año, todavía se preguntaban "¿cómo de probable es una recesión en el RU?". Enseguida tuvieron la respuesta. Desde junio, RU encadenó ¡cinco trimestres seguidos de crecimiento negativo! y cerró 2009 con una caída del PIB cercana ¡al 5%!
Seguro que los expertos escoceses han acertado en muchas otras ocasiones. Pero pasarse el día y la noche atormentado al prójimo con aullidos sobre sus problemas de solvencia no es muy presentable cuando se hace dede el regazo del Estado.
Al menos el fantasmagórico banco británico se muestra pudoroso en un punto: al final de cada una de sus notas, advierte que no asume ninguna responsabilidad sobre su contenido, atribuido en exclusiva a su departamento de economistas.
En fin. Sólo queda añadir que el RBS, a pesar de la cadena de activos tóxicos que arrastra, acaba de ver mejorado su rating por la agencia de calificación Moody's. Quizá, porque como dice otra agencia, Fitch, en su última valoración del banco, "la importancia sistémica del RBS significa que es extremadamente probable que las autoridades del Reino Unido sigan sosteniendo la entidad si fuera necesario". Así podrá seguir haciendo informes sobre los demás, hasta que algún banco español se apiade y lo rescate. ¿Cuál podría ser? ;)