El pulso de Google por China
Google trata de permanecer en China. El motor de búsqueda de internet está haciendo un último esfuerzo para mantener su licencia en el país asiático que expira hoy. Al dejar de desviar automáticamente a los usuarios a su sitio de Hong Kong, Google trata de cumplir al pie de la letra las normas de censura de China. Su solución creativa pone también a Pekín en una encrucijada.
Hace seis meses que Google amenazó con retirarse de China después de haber sido golpeado por un ataque de hackers que, según la compañía, procedía del interior del país. A finales de marzo, Google comenzó a redirigir a los visitantes chinos a su sitio de Hong Kong, donde los resultados de búsqueda no se filtran. Pero las autoridades se opusieron a este planteamiento y han dejado claro que no van renovar el permiso de la compañía.
En el marco de este nuevo enfoque, los usuarios chinos que naveguen en google.cn encontrarán un sitio reducido al mínimo, con un cuadro de búsqueda sin funcionamiento y un mensaje que dice: "Nos hemos mudado a google.com.hk. Por favor guarde el nuevo sitio". Al hacer clic en cualquier lugar, el usuario es desviado a la página de Hong Kong.
Los críticos podrían argumentar que el gigante de las búsquedas ha desistido de su firme posición adoptada en enero. Pero el hecho de dejar de sortear la censura de Pekín y asumir los términos de censura es una decisión que va en consonancia con su nuevo espíritu. Este último paso significa que la empresa puede argumentar que hizo un esfuerzo por encontrar un término medio con las autoridades chinas. Aunque al mismo tiempo cuenta a sus usuarios que no ha cedido a la censura.
China ahora tiene que tomar la decisión de renovar, suspender o cancelar la licencia. Si ésta decide cerrar la compañía va a demostrar que no es posible que un motor de búsqueda funcione allí sin que sea censurado. La compañía sabía que corría el riesgo de perder el permiso tan pronto como comenzó a desviar a los usuarios a la página de Hong Kong. Pero al cambiar de táctica, Google sugiere que no se irá sin forzar a China a que deje sus límites claros.
Por Una Galani