Europa (y España) tienen futuro
La tormenta arrecia. Políticos y expertos en gestión defienden la zona euro y recomiendan unidad para afrontar los nuevos desafíos.
El mensaje fue alentador. Muchos asistentes a la última jornada de ExpoManagement, celebrada el jueves en Madrid, respiraron con cierto alivio. Había un motivo. Frente al mensaje derrotista de los últimos tiempos, las estrellas de la feria de la gestión de este año, Pedro Solbes y Rodrigo Rato, coincidieron, aunque ellos apenas tuvieron tiempo para darse un apretón de manos entre bambalinas, en lanzar un mensaje optimista: Europa tiene futuro. Y el euro, también.
"No está en peligro, ni los distintos países pueden salir ni pueden ser expulsados. Creo que el euro es positivo", dijo el ex vicepresidente y ex ministro de Economía y Hacienda con el Gobierno de Rodríguez Zapatero, Pedro Solbes. Es más, si no quedó claro, insistió: "El euro sigue potente, vivo. Hay que reforzarlo con medidas de coordinación y una política fiscal potente".
Cuando le llegó el turno del también ex ministro de Economía, pero con el Gobierno de Aznar, y presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, defendió la posición de Europa en el mundo: "Es un gigante, es la primera economía del mundo, por encima de EE UU". Para refrendarlo, aportó los datos de exportación, que calificó de "impresionantes": el 29% corresponde a la zona europea, el 10% a EE UU, el 4% a Japón y el 14% al resto de los países emergentes asiáticos. "Somos un gigante con pies de barro", dijo, para a continuación poner en duda si han servido para algo, al contrario de lo que sucede en China, Japón, Canadá o EE UU, los estímulos fiscales. También se cuestionó si el mercado laboral está ajustado a la nueva realidad, en cuanto a flexibilidad y movilidad. El ex director del Fondo Monetario Internacional reclamó una política fiscal europea, un presupuesto euro. "Necesitamos una política fiscal y monetaria, que armonice ingresos y gastos", señaló Rato, que defendió políticas similares porque los problemas de envejecimiento o de desempleo son parecidos. "Esto también nos permitiría aprender y copiar a los mejores, ayudarnos unos a otros, empezando por un presupuesto común", dijo.
Para Rato no es el momento de dar cabida al pesimismo, sino de encontrar una oportunidad a las dificultades para emprender grandes cambios. Y afirmó que es importante crecer, ser más flexibles y competitivos, reducir los costes y recuperar la confianza.
Solbes señaló que con respecto a España es mucho más optimista, a pesar de algunos indicadores negativos, como es la caída de la exportación, "pero luego seguimos participando en la cuota internacional". Elogió el papel y la modernización de las empresas españolas que han salido a competir fuera de España y aseguró que nos queda un larguísimo camino en innovación.
Ser únicos
Las empresas europeas, y españolas, deben pensar muy bien en estos momentos la estrategia para ser más competitivas, según el profesor de Harvard Business School Michael Porter, que incidió en la importancia de "competir no para ser los mejores, sino para ser únicos". "Las empresas deben ofrecer productos o servicios a los clientes con un valor que los demás no puedan ni cubrir ni copiar", señaló.
Porter contó una anécdota muy gráfica sobre cómo competir. æpermil;l, que viaja constantemente, elige siempre la misma cadena hotelera de lujo por la multitud de detalles agradables que hay en la habitación, como por ejemplo una botella de agua de bienvenida. Pero un día el agua ya no estaba. Era parte de los recortes. Para este profesor de estrategia, el hotel dejaba de ser único, perdía parte de su esencia. "En España muchas empresas están recortando gastos por la crisis. Pero es muy peligroso meter la tijera en lo que somos diferentes. Hay que tener mucho cuidado, porque en la poda la empresa se puede llevar por delante lo que les hace únicos". Original como el modelo sueco de Ikea, explicó Porter, ya que esta firma tiene muy claro su modelo de negocio y quiénes son sus clientes, algo que les convierte en incopiables.
Otra de las ventajas que el modelo europeo tiene para salir mejor de esta crisis es la responsabilidad social corporativa, aseguró el profesor, porque históricamente ha asimilado mejor que EE UU temas como la igualdad de género, la seguridad de sus empleados, la incorporación de los temas ambientales o la formación. "En los negocios hemos perdido de vista lo que es bueno para la sociedad", criticó, lo que ha llevado "a un rechazo del capitalismo", sobre todo más agudizado al otro lado del Atlántico. "Incorporar ciertos valores es un valor competitivo, beneficia no sólo a la empresa sino que mejora las condiciones sociales y económicas de la comunidad que nos rodea", aseguró.
Otro profesor y escritor de éxito, Nassim Taleb, ofreció sus propios consejos, y algunas advertencias, a las economías europeas. "Cuando un país se especializa, si llegan los problemas, la globalización le hace más frágil. La presión de la interdependencia es ésta, se fracasa más rápidamente. En 1983 esta crisis no hubiera sucedido". Y sobre todo advirtió a Gobiernos, empresas y economías familiares del peligro de la deuda. "Son 6.000 años de aprendizaje sobre las deudas de todas las sociedades. Nuestras abuelas ya nos enseñaban del riesgo de endeudarse, si les hubiésemos hecho caso, nos hubiéramos ahorrado muchos fracasos", opinó, achacando a Alan Greenspan y Ben Bernanke, presidentes de la Reserva Federal, no haber visto los riesgos evidentes. Así que este ensayista, autor del best seller El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable, recomendó a los directivos presentes a aprender de los fracasos.
El profesor de Economía de Esade Xavier Mena, que participó en una mesa redonda en la que también se habló de los retos que se le plantean a España, consideró que "la reforma laboral debería haber sido mucho más profunda". Entre otras razones porque el decreto-ley no incluye la reinserción laboral ni el tema de flexibilidad horaria. "El decreto-ley no aborda bien la dualidad del mercado laboral. Además se mantienen criterios que deberían reformarse sobre negociación colectiva y el propio poder sindical".
Jack Welch:"Hay que despedir a los peores"
El directivo más exitoso del siglo XX, elegido durante su etapa como presidente de General Electric (GE), Jack Welch, mandó un gran mensaje a los directivos y empresarios españoles. "A mí me tocó una época difícil en mi país y salimos adelante", aseguró por videoconferencia. Y recordó la época en la que en Estados Unidos gobernaba Jimmy Carter, "los tipos de interés estaban por encima del 20%, el paro llegaba al 15% y el dólar andaba por los suelos, ser americano estaba mal visto". El secreto para salir adelante, señaló, es rodearse de "los mejores, no autocompadecerse y encontrar una oportunidad". Eran tiempos difíciles, pero "puedes elegir entre ser una víctima o salir del atolladero".Otra recomendación que envió a los españoles fue la de ser muy transparentes. "Cada decisión que se tome hay que comunicarla para que todo el mundo sepa por qué se hacen las cosas. Si hay que despedir al 20% de la plantilla es importante explicar por qué se hace". Recrearse en la desgracia tampoco está bien visto en estos momentos. "Autocompadecerse no sirve de nada, no funciona, hay que actuar con más decisión. Los directivos no suelen explicar por qué toman determinadas decisiones y sus consecuencias", afirmó.La buena empresa es la que escucha a sus empleados y la que no tiene miedo a asumir riesgos, y el buen líder es aquel que no teme despedir a los profesionales que no responden a las expectativas de la empresa. æpermil;l no tuvo reparo en despedir a más de 100.000 empleados en General Electric. "Decían que yo era cruel, pero lo que buscaba era lo mejor para la empresa y para aquellos que eran buenos profesionales. Tienes que ocuparte de los mejores y despedir a los peores". Y comparó esta situación con la que se vive en deportes como el fútbol, el hockey o el baloncesto. "La prioridad es establecer un buen equipo, nadie gana con un eslabón débil en la cadena". Eso sí, para poder ejecutar este plan de manera justa es importante contar con un sistema de evaluación honesto.
Políticos que no pierden la inocencia
Intentar llegar al máximo. Es lo que cree Pedro Solbes que debe hacer un político, en concreto un ministro. "Hay que tener conocimientos técnicos que ayuden a resolver los problemas y habilidades políticas. También, las ideas claras y saber convencer a la gente", respondió Solbes a la pregunta del director general de Esade, Carlos Losada, que también formuló la misma cuestión a Rodrigo Rato. æpermil;ste destacó la labor de los equipos que arropan a los ministros. "Un país funciona bien cuando tiene instrumentos de decisión organizados. Se necesita un equipo amplio, bien engrasado, que coincida en ideas y en la toma de decisiones solidarias", agregó Rato.Por su parte, Losada insistió en la formación de la clase política. "Y no han de perder nunca la última inocencia, la ilusión por creerse al servicio de una causa mayor". También destacó la capacidad para cubrirse con una coraza "porque la política es durísima", pero además es importante la capacidad para saber comunicar y para sintetizar toda la información que manejan.