"El turismo ayudará a que España salga de la crisis"
Es el cerebro en la sombra del Mutua Madrileña Madrid Open, un torneo por el que ha apostado desde el principio. Su vida está dedicada al deporte, pero además es un potente empresario en Rumanía
Su nombre aparece en la lista Forbes de los hombres más ricos del planeta. Ion Tiriac, nacido en Brasov (Rumanía) hace 70 años, además de tenista, dirige un emporio empresarial que factura al año 1.500 millones de euros. Es propietario, también, del 47% del Banco Unicredit Tiriac.
¿Qué le ha aportado a su carrera empresarial el mundo del deporte?
La actividad deportiva te da un plus que no te da la educación. Es importante porque aprendes a perder y eso te permite ver cómo puedes mejorar. Estudiar en Harvard puede ser muy valioso y enriquecedor, pero nunca te va a dar la práctica y la experiencia que te ofrece la calle, palpar la realidad con las manos. Lo que aprendes en la escuela poco tiene que ver luego con lo que te encuentras en la empresa.
¿Qué aprendió usted?
Sobre todo a decidir. En un momento determinado, cuando ya había ganado con Illie Nastase la final de dobles masculino de Roland Garros y llegar a varias finales, decidí que era el momento de hacer otras cosas, y me dediqué a la dirección y organización de eventos. La vida de un deportista es muy corta, diez años como mucho, y tienes que saber a qué te quieres dedicar a partir de ese momento. Cuando tomas una decisión tan crucial y sabes reorientar tu carrera, aprendes a decidir, a saber qué es lo importante. La industria del deporte es una gran industria y mi actividad como directivo me apasiona; además me ha tocado vivir una época apasionante en mi país: la gran transformación después de 50 años de comunismo.
En el mundo empresarial, a usted no le ha ido del todo mal. Se calcula que tiene una fortuna de 2.400 millones de euros y da empleo directo a 8.000 personas e indirecto a 30.000.
No tengo motivos para quejarme, pero he trabajado mucho y siempre he estado dispuesto a empezar de cero y a adaptarme a todas las situaciones. Decidí invertir en Rumanía, pero siempre pensando en el plazo. Monté una aseguradora, que fue creciendo poco a poco, y cuando llegó un momento en el que el crecimiento era muy elevado busqué un socio que me acompañara. Yo soy inteligente hasta que me doy cuenta de que soy tonto y entonces busco un socio. Lo que más me preocupa es que los negocios perduren en el tiempo.
¿Siempre busca el largo plazo?
Depende, porque cuando compras una acción a 1,5 euros y la vendes a 15 miras la especulación, pero es necesario hacer inversiones a largo, aunque a veces apuestes por el corto plazo para ganar dinero. Yo tengo inversiones, por ejemplo, de importación de automóviles en Rumanía y es un sector que ahora mismo está muy castigado, pero cuando viene la época mala hay que seguir porque mucha gente vive de ello. El primer trabajo que tienen que hacer los Gobiernos es incentivar el consumo y la producción.
¿Esta crisis es fruto de los excesos cometidos en años anteriores?
Sin duda. En 2007, cuando surgió la crisis, se sabía que los americanos tenían la culpa. Ha habido muchos escándalos, como el de Enron, que indican que el capitalismo, tal y como se concibe en EE UU, debe cambiar. No es normal que hoy día, en una sociedad avanzada, no se vean venir casos como el de Madoff. Además siguen ejerciendo una política de dominio y eso no puede ser. Los americanos deben leer El capital, de Karl Marx, pensando que el comunismo no puede funcionar pero un socialismo sí que es viable. Por desgracia, Europa sigue teniendo mucha dependencia de EE UU. En Rumanía hemos vivido años de desastre total y fue en 2000 cuando empezamos a progresar, así que si esta crisis nos hubiera llegado en 2015, habríamos estado más preparados. España tiene un gran potencial para salir bien de la crisis.
¿Usted lo cree?
España tiene una industria turística enorme y cuando se equilibre la situación va a salir reforzada. El turismo ayudará a que salga de la crisis. Tiene la infraestructura ya hecha y eso repercutirá en el futuro. Madrid es una ciudad con un gran potencial. El alcalde Alberto Ruiz-Gallardón ha hecho su trabajo y eso recogerá sus frutos. No hay que olvidar que en 20 años va a haber 300 millones de chinos dispuestos a viajar, sobre todo van a venir de vacaciones a España, que tiene una buena red hotelera. Asia es el futuro también. En Shanghai viven ahora un millón de millonarios en dólares y eso es muy importante. Lo bueno que tienen los asiáticos es su disciplina.
¿Algo que le falta a Europa?
Los trabajadores en Asia no se plantean ser revolucionarios. Si en Francia hay una huelga, se queman coches, y a eso se llama libertad cuando es vandalismo. Si en Rumanía pasa lo mismo, se produce una guerra civil. Creo que la disciplina es fundamental, así como la libertad, pero respetando la ley.
¿La crisis ha afectado al torneo Mutua Madrileña Madrid Open?
Este torneo es un test de lo que representa la cultura y la sociedad de un país. Es un evento todavía joven, si se compara con otros similares como Roland Garros y Wimbledon, que tiene 100 años. Madrid tiene siete años, está aún por consolidar, pero lo bueno que tiene España es su gran base de jugadores, que es única, como el estadio en el que se disputa este torneo la Caja Mágica, que es único en el mundo. Y ha sido una lástima que no haya ganado los Juegos Olímpicos, aunque tiene gran mérito haber llegado a la final. Además, es de todos sabido que en el Comité Olímpico pasan cosas extrañas. Madrid debería volver a ser candidata.
¿Haber sido rechazada en dos ocasiones no es suficiente?
Debe volver a intentarlo porque tiene toda la infraestructura y un gran potencial para organizar unas Olimpiadas. Y está el Real Madrid, que es conocido en todo el mundo. Es una ciudad con historia y debe pasar a la historia también por sus Juegos Olímpicos. Se lo merece.
Volviendo al tenis y al talento de sus jugadores, ¿hay vida en este deporte más allá de Nadal?
Soy tan viejo que he visto de todo en el tenis, desde el predominio de los australianos, luego vino Nastase, más tarde McEnroe, después Federer, sin duda el mejor de todos los tiempos. Y Nadal, que es un fenómeno; creo que todo su mérito se lo debe a su familia, a su entrenador, que es su tío y le ha dado equilibrio. Seguro que gasta el doble de energía que Federer, pero será un gran campeón cuando tenga el físico que se requiere para serlo. Nadal es como la batería dentro de una orquesta y Federer como el piano. Es un deporte con distintas técnicas.
No me ha contestado a la pregunta de si la crisis había afectado al torneo de este año.
No, porque ofrecemos una cosa única que no puedes encontrar en ningún otro sitio. Además, el trabajo de Mutua Madrileña es magnífico, por su apuesta a largo plazo por este evento, que necesita de otros diez años para que se consolide como un gran torneo internacional. Con esto pasa como con los Ferrari, que se venden y se compran como hace tres años. Los relojes de edición limitada también se venden, pues a nosotros con el torneo nos pasa lo mismo, que no sufrimos porque es un evento social único. No hemos bajado los precios por la crisis: la gente sabe que hacer un torneo con esta calidad cuesta mucho, porque ahora mismo cuesta más el puesto que la entrada. A eso se llama inversión.
¿El torneo es rentable?
Wimbledon y Roland Garros ganan mucha plata, pero esto no ha sido de la noche a la mañana. Este proyecto necesita de años de consolidación, pero también hemos notado que, a pesar de la crisis, las empresas han seguido interesadas en los palcos. El modelo de palco que se ha exportado a otros deportes proviene del tenis. En la pista central tenemos 340 palcos y los precios son más baratos, entre 25.000 y 35.000 euros, incluidos todos los servicios. En cambio, Roland Garros sale por 55.000 y no tienes derecho a nada.
"Sé lo que es comer patatas todo el día"
Una vida de película. Ion Tiriac asegura que no la ha buscado, sino que todo lo que le ha acontecido lo ha encontrado y le ha sacado partido. "He vivido cuatro guerras, muy poca gente puede decir lo mismo. Yo sé lo que es comer patatas todo el día, por la mañana, por la tarde y por la noche, porque no teníamos otra cosa", recuerda. A los 14 años se puso a trabajar como empleado en una fábrica de automóviles. Empezó a jugar al tenis, aunque confiesa que jamás tuvo "el talento de Manolo Santana, y Nastase y yo probábamos a intentar ser cada vez mejores". Asegura que nunca ha sido el mejor, pero que ha disfrutado con todo lo que hacía. Aspira a no trabajar, a dejar las riendas de todo su imperio a su hijo de 34 años, "que ya es mi jefe". Desea que se reactive el consumo y confía en seguir viajando porque no puede pasar más de tres días en un mismo lugar.