La recesión reduce prácticamente a cero la entrada neta de inmigrantes
El drástico cambio que ha registrado la coyuntura económica española en los últimos dos años se ha trasladado al comportamiento de la población. El INE hizo pública ayer su última estimación con fecha de 1 de abril, según la cual España rebasó la barrera de los 46 millones de habitantes y registró un crecimiento del 0,3%, el menor desde 2002. Pero lo más destacable es que ya salen casi tantos ciudadanos como los que entran y en el primer trimestre de este año el saldo neto es de sólo 12.510 personas.
La crisis ha hecho mella en la demografía española. La población sigue creciendo, pero a menor ritmo que en los años de bonanza económica. Así, según las estimaciones realizadas por el INE, España contaba con fecha 1 de abril con una población de 46.030.109 personas, apenas 141.153 más que un año antes; lo que en términos relativos representa un leve aumento del 0,3%. Aún así, y pese a ser el menor avance de los últimos ocho años, España ha ganado en términos acumulados un 10% más de población desde 2002.
La causa a este aparente estancamiento demográfico hay que buscarla en los flujos migratorios, en especial, en la entrada de inmigrantes, que ha experimentado un importante frenazo, cuando, por el contrario, en los años anteriores había sido el motor del crecimiento poblacional experimentado por España.
Los datos elaborados por Estadística confirman la tendencia a la baja de las llegadas de extranjeros desde que estalló la crisis, en 2008. Ese año, la población aumentó en 719.818 personas. Si bien ese dato contiene los flujos migratorios y el movimiento natural de la población, buena parte del mismo es atribuible a la entrada de extranjeros. Si no, no se explicaría sólo por el saldo entre nacidos y fallecidos la drástica reducción que experimenta en 2009, al incrementarse la población sólo en 295.571 habitantes. Lejos, sin duda, del mayor crecimiento, que fue el de 2007, todavía en pleno boom inmobiliario y cuando el empleo era aún boyante. Entonces se computó un avance anual de 805.323 ciudadanos.
Las comunidades que han experimentado un mayor aumento de su población desde 2002 son Baleares que tiene un 23,6%más de habitantes, hasta sumar 1,1 millones de personas.Murcia es la siguiente con un aumento del 22,1%, hasta los 1,4 millones y, por último, la Comunidad Valenciana, que creció un 20%, hasta los 4,9 millones de ciudadanos.
No obstante, y pese a la crisis, los extranjeros no dejan de venir a España, aunque en mucha menor medida. En 2009 sólo entraron 51.505 personasmás que un año antes, hasta sumar 449.814. Y además emigraron un total de 398.309 foráneos. Es decir, el 88,5% del total que llegó, lo que explica esa reducción de los saldos netos al mínimo histórico. En 2009 la diferencia entre inmigrantes y emigrantes fue de apenas 47.300 ciudadanos y en los tres primeros meses de este año sumaron 12.510. Una tendencia que se asocia, según los expertos, al deterioro del mercado de trabajo. Los hombres son los más propensos a hacer las maletas (el 58,7%del total de las emigraciones). Esto se explica, en parte, por la caída del sector de la construcción, actividad aún dominada por los varones. Pese a esta significativa merma en la entrada de inmigrantes, el Ministerio de Trabajo sigue considerando a este colectivo crucial para afrontar el desafío del envejecimiento. El INE prevé que en los próximos 40 años la población mayor de 64 años se duplique y represente el 30% del total.
Diferencias con el padrón
En las cifras de población pasa algo similar a lo que ocurre con el paro y las diferencias entre los datos del INEM y la EPA. El padrón municipal recoge a todos los ciudadanos inscritos en los registros que ponen a su disposición los ayuntamientos. Y las estimaciones de población como las que publicó ayer el INE se realizan a partir del Censo de 2001, último disponible, que como la EPA elabora sus resultados a partir de encuestas exhaustivas a los hogares. Como el próximo censo no se publicará hasta 2011, para evitar ese vacío, el INE realiza estimaciones intercensales que tienen en cuenta muchas variables distintas, como los resultados de nacimientos y defunciones y las estimaciones mensuales de coyuntura demográfica, que analizan la mortalidad y la fecundidad.Por ello, es lógico que no coincidan, aunque ambas cifras muestran idénticas tendencias.