Se ha perdido brillo
ConocoPhillips y TNK-BP reducen su exposición al gas y petróleo rusos. Las condiciones de ambas compañías son diferentes, pero reflejan una creciente influencia del Estado en el sector. Atraer nuevos inversores será difícil.
No parece haber conexión en las decisiones. Conoco vende la mitad del 20% de sus acciones de la empresa rusa Lukoil. Por su parte, TNK-BP vende Kovykta, un yacimiento gigante de gas en Siberia, tras años de presión. Pero ambas retiradas no deben verse como mera coincidencia. Si Conoco reduce ahora la mitad de su inversión en Lukoil es en parte por el poco entusiasmo ruso. Lukoil producía al año un 7% cuando Conoco compró hace 6. Entonces, la producción disminuía. Su crecimiento ha estado limitado por el aumento del favorito del Estado, Rosneft, que es siempre el primero en obtener nuevos proyectos.
El Estado ahora domina el sector, y ha aprobado una legislación limitando el acceso a los inversores extranjeros a los recursos estratégicos. La producción de petróleo creció el año pasado a un ínfimo 1,5%. Y se espera que la producción disminuya a medida que los campos se agoten. El Gobierno dice necesitar dos billones de dólares de inversión en gas y petróleo en 20 años. Por lo que el mensaje público es querer facilitar el acceso a inversores extranjeros. Pero la presión a Kovykta sugiere que en la práctica no ha habido muchos cambios. Incluso si Rusia cambiara de actitud, la inconsistente regulación sería de por sí un gran desincentivo. Tras años de ninguneo será difícil convencerles de que son de nuevo bienvenidos.
Jason Bush