Cómo preparar una salida a Bolsa y, además, hacerlo con éxito
Transparencia y coordinación en los mensajes pueden evitar errores en el proceso de la OPV.
De qué depende el éxito de una salida a Bolsa? ¿Exclusivamente de cómo estén los mercados en ese momento? ¿Influye el precio al que se vendan las acciones, cómo actúe la empresa, cómo comunique, el tipo de operación que se realice? Todo tiene que ver, por eso es importante prever todos los pasos y evitar los errores más comunes. La consultora de comunicación Llorente y Cuenca ha elaborado un estudio, que presentará el jueves en la Bolsa de Madrid, titulado El papel de la comunicación en los procesos de salida a Bolsa, en el que pone sobre la mesa consejos prácticos para evitar, en lo posible, que una OPV salga mal. En resumen, lo más recomendable desde el punto de vista de la comunicación es que "la empresa actúe como una cotizada, aunque todavía no lo sea", según el informe, que apunta dos claves para sacar adelante una OPV: "coordinación y vocación de transparencia".
Una operación creíble. Las grandes operaciones suelen tener más éxito que las pequeñas. La estructura accionarial de la compañía es un aspecto que los grandes inversores mirarán con lupa, casi más que la creación de valor para el accionista. Así, según los analistas consultados para el informe, cuando la operación supone vender una participación inferior al 30% del capital, el mercado suele cuestionar la liquidez de la compañía y la OPV pierde credibilidad. Asimismo, no es lo igual que el accionista de referencia que va a vender su participación sea un socio que ha mostrado vocación de permanencia, que un socio financiero, cuya única pretensión es vender al precio más alto posible. Cuando hay vocación de permanencia es más fácil tirar del precio a la baja.
¿Mucha publicidad? Cuando una empresa pretende salir a Bolsa puede tener la tentación de aparecer mucho en los medios, pero hacer mucho ruido no siempre es efectivo o garantía de éxito. En cambio, el equipo directivo de la compañía debe estar preparado y coordinado para hacer frente a informaciones sensibles que puedan aparecer a través de filtraciones. Según los analistas consultados para el estudio, las operaciones fallidas tienen su explicación en que no se supo contrarrestar las corrientes de opinión negativas, bien hacia las OPV en ese momento, bien hacia la compañía. Es importante que el emisor haga un seguimiento de las informaciones aparecidas en blogs y foros de internet para contrarrestarlas dentro de lo posible.
El folleto. El registro del folleto es la parte más importante de todo el proceso, al menos desde el punto de vista de información al mercado. "Es imprescindible que el equipo de comunicación conozca con absoluta precisión cuáles son los aspectos más comprometidos, complejos y difíciles de explicar del folleto", apunta el estudio. "No debe haber lugar a la improvisación cuando de la política de dividendos, el apalancamiento o las plusvalías generadas por los accionistas se trata". La coordinación entre directivos, responsables de comunicación y bancos colocadores debe ser total para defender la horquilla de precios que aparece en el folleto. A la hora de publicar el precio definitivo, justo antes del debut en el parqué, los consultores del informe recomiendan que no se publique a última hora, porque da un mensaje negativo a la comunidad financiera, como es que hay desacuerdo entre los accionistas que venden en la operación y los bancos coordinadores de la oferta.
Saberse vender. En definitiva, dicen los analistas que las empresas deben sacudirse los miedos, porque si la historia empresarial es buena y las condiciones atractivas, se pueden conseguir buenas cifras de demanda, es decir, el éxito de la OPV.
Mensajes a pie del parqué: no hacer proyecciones sobre el valor
El día del debut de una compañía en Bolsa puede dar pie a errores de comunicación, que conviene tener en cuenta. Tras el toque de campana, el presidente de la compañía suele hacer un discurso institucional, y habitualmente el consejero delegado responde a las preguntas de los periodistas."Deben ser mensajes muy concisos y directos y hay que evitar realizar proyecciones concretas sobre la evolución futura del valor", apuntan los consultores de Llorente y Cuenca. Un mensaje habitual cuando la acción se estrena al alza es el de "la operación ha sido un éxito". Sin embargo conviene no abusar de esa frase si la subida no es muy abultada, y menos cuando la acción ha debutado con descensos.Un mensaje adecuado para este último caso es el que incide en que se trata de una inversión a largo plazo, y que no preocupa a la compañía lo que haga la cotización en las próximas sesiones. Si la acción cae mucho en su estreno, se suele interpretar como que el precio fijado era demasiado caro. Es conveniente defender el valor intrínseco de la compañía por encima de factores coyunturales, según destaca el informe.Tampoco es recomendable que los bancos colocadores sostengan con demasiado ímpetu el precio de la colocación, porque se interpreta como que la acción está siendo sostenida artificialmente y que antes o después terminará por caer.