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Crisis de seguridad

El presidente de Toyota admite que su fuerte crecimiento ha podido empeorar la calidad

Akio Toyoda, presidente de Toyota, tiene previsto decir hoy ante un comité de la Cámara de Representantes de EE UU que él es el responsable de la crisis de seguridad en la automovilística, una situación a la que se ha llegado porque el fuerte crecimiento impidió a la japonesa centrarse en prioridades que siempre han sido fundamentales como la calidad.

En sus declaraciones previas ante los legisladores, hechas públicas ayer, el responsable de la firma admitió que la rápida expansión de la compañía "sembró la confusión en las prioridades y no fuimos capaces de parar, pensar y hacer mejoras como las hacíamos en el pasado".

El hecho es que Toyota ha sido considerada siempre como una de las automovilísticas más eficientes y con mejor disciplina industrial. Sus coches no se han percibido como los más atractivos pero si de los más seguros del mundo. Hasta ahora.

Un problema en los frenos ha obligado a hacer una de las mayores llamadas a revisión de la historia, con ocho millones de vehículos afectados por un problema de frenos. Seis millones de estos coches están matriculados en EE UU.

Toyota se convirtió en la mayor automovilística del mundo en 2008, no sólo por la mala evolución de General Motors (su predecesora en el podio) sino por méritos propios. Pero hoy, Toyoda va a admitir que el puesto le ha costado caro. "Hemos perseguido el crecimiento sin considerar la velocidad a la que podíamos desarrollar nuestra organización y el personal".

El testimonio de Toyoda, que se espera que sea masivamente seguido en Japón, llega después de que ayer comparecieran ante esta misma comisión algunas de las víctimas que han sufrido accidentes con los coches y James Lentz, el presidente de Toyota Motor Sales en EE UU. Lentz admitió que la empresa había reaccionado muy tarde pero desestimó que los problemas de los frenos tuvieran su origen en el sistema eléctrico o la computación de los coches. Los congresistas americanos tienen dudas de que Toyota haya estudiado suficientemente el problema.

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