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Columna
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Santander, el factor de España

El Santander ciertamente escogió un mal día para publicar sus resultados del cuarto trimestre. El banco más grande de la eurozona superó las expectativas, proporcionando un ingreso neto en 2009 de 8.900 millones de euros, ligeramente por encima a las del año anterior, y mucho mejor que sus competidores en España y en el extranjero. Pero el mensaje se ha diluido con los temores sobre la economía española que han provocado una estampida entre los inversores de la Bolsa de Madrid. Las acciones del banco español cayeron un 9,4%, peor que el mercado.

Desde casi todos los puntos de vista, Santander ha entregado unos resultados decentes. Brasil, que ahora supone el 20% de los beneficios del grupo, aumentó las ganancias un 27% en 2009. En el Reino Unido, el banco continuó ganando cuota de mercado con los beneficios creciendo un 55% durante el año, y disminuyendo el ritmo de crecimiento de los préstamos incobrables.

Es verdad que se ha incrementado notablemente la morosidad, especialmente en España, aunque no repitió el ejercicio de limpieza del balance de su rival BBVA la semana pasada. Para cubrir los préstamos, Santander ha reservado 9.500 millones en provisiones en 2009, dejando su tasa de morosidad en el 3,2%, por encima del 2% del año pasado, pero más bajo que el 4,3% de BBVA.

Pueden venir más malas noticias sobre la cartera de préstamos del Santander si el paro alcanza el 20%, aunque el banco tiene margen de error. La entidad financiera obtuvo 2.600 millones de euros en plusvalías extraordinarias en 2009, que se emplearon en reforzar las provisiones, en amortizaciones y en fondos de jubilación anticipada. Las provisiones cubren el 73% de los préstamos del grupo que no son rentables, y el banco tiene aún un colchón de 6.700 millones de euros para provisiones genéricas.

Pero España se perfila como el factor clave de riesgo para el banco. El negocio nacional, que supone el 26% de los beneficios, es demasiado grande como para ignorarlo. Emilio Botín, presidente del banco, insiste en que España no puede ser comparada con Grecia, y en que el país es fuerte. Las acciones del Santander cotizan a casi nueve veces las ganancias del año, según las estimaciones de Nomura, un descuento de más del 20% a los bancos españoles, lo que parece duro. Pero hasta que el Gobierno español convenza a los inversores de que puede controlar el déficit, las preocupaciones sobre la macroeconomía española continuarán arrastrando al Santander, y a los bancos españoles.

Por Fiona Maharg-Bravo

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