La política monetaria en China y el petróleo
El Banco Popular de China sorprendió a los mercados financieros recientemente al elevar en 50 puntos básicos la proporción de depósitos que los bancos comerciales deben mantener como reserva. Este movimiento siguió a la decisión anterior de aumentar en 4 puntos básicos el tipo de interés al que se subastan los instrumentos de deuda a corto plazo. El objetivo de estas medidas es reducir el exceso de liquidez del sistema bancario para controlar las crecientes expectativas de inflación así como para limitar la aparición de burbujas en los precios de los activos. Con el valor de las exportaciones chinas creciendo a una tasa anual del 17,7% en diciembre, las autoridades monetarias han preferido empezar a echar el freno a la tercera economía del planeta.
El exceso de liquidez tiene una relación muy cercana con los precios de las materias primas. El crecimiento de los préstamos a una tasa del 34% en los últimos seis meses ha conducido a un aumento muy rápido en las ventas de automóviles y bienes inmobiliarios en China, más que duplicándose los volúmenes de ventas observados hace un año. El impacto en la demanda de crudo y otras materias primas como el cobre, el carbón o el mineral de hierro no se ha hecho esperar. El consumo de petróleo en China registra ya aumentos del 16% anual mientras que la demanda de carburantes sigue sufriendo en las economías avanzadas.
Por descontado, una política monetaria más restrictiva no estimula generalmente una mayor demanda de materias primas. Es más, una reducción brusca de liquidez podría poner en riesgo las perspectivas de consumo de energía y metales en China. En respuesta a este cambio de dirección económica, los mercados de materias primas han sufrido importantes pérdidas en los últimos días. Sin embargo, es necesario recalcar el contexto en el cual se han tomado estas medidas. La tasa de crecimiento de préstamos y de la masa monetaria en China alcanzó el 32% y 28% anual respectivamente en diciembre, mientras que las reservas de tipo de cambio subieron hasta los 2,4 billones de dólares.
Es decir, el paso hacia una política monetaria más restrictiva simplemente contribuirá a crear unas perspectivas de crecimiento económico más sostenibles a medio plazo en China, y posiblemente reducirá el riesgo de una superburbuja inmobiliaria. Nuestras estimaciones indican que una subida de 25 puntos básicos en las tasas de interés a un año reduciría la tasa anual de crecimiento de la demanda de petróleo china en torno a un 1,5%. Dado que el equipo de análisis económico de Bank of America Merrill Lynch en Asia prevé una subida moderada de tipo de interés de 25 puntos básicos en 2010, el impacto de un cambio de dirección de la política monetaria en la demanda de petróleo será bastante limitado.
Es importante recordar que la política monetaria es contagiosa a nivel global. Estados Unidos, Europa y Japón deberán mantener los tipos de interés a niveles excepcionalmente bajos para evitar las tendencias deflacionistas creadas por el exceso de capacidad tanto en sus mercados inmobiliarios como en sus mercados de trabajo. Esta situación probablemente obligará a las autoridades económicas en China a mantener los tipos de interés por debajo de su nivel óptimo, puesto que una subida acelerada de tipos podría conducir a una aceleración de las inversiones especulativas.
En lugar de propiciar una política monetaria más restrictiva a través de tipos de interés más altos, el Gobierno chino optará probablemente por una revaluación de la moneda. BofA Merrill Lynch prevé que la moneda china se moverá hacia los 6,5 yuanes por dólar para finales de 2010, una apreciación de 5% desde los niveles actuales.
Un tipo de cambio más fuerte debería contribuir a una deceleración de la tasa de crecimiento del PIB en China a medio plazo, pero también reducirá los costes de las materias primas en moneda local. El efecto positivo de un aumento del poder adquisitivo del consumidor chino asociado a la reevaluación del yuan eclipsará, en nuestra opinión, a la deceleración de la tasa de crecimiento económico.
En resumen, una política monetaria más restrictiva en China podría resultar en un aumento de la demanda de energía y metales, siempre y cuando el instrumento utilizado sea una apreciación de la moneda.
Francisco Blanch. Jefe de materias primas globales de Bank of America Merrill Lynch