"Los coches se harán pequeños, ecológicos y más duraderos"
Cree que va a haber una auténtica revolución industrial y social en torno a la industria del automóvil y que el valle del Ebro tiene todos los ingredientes para convertirse en el Silicon Valley de las energías renovables
El catedrático de Energética (Máquinas y Motores Térmicos) Antonio Valero ocupa la dirección del Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (Circe) creado por la Universidad de Zaragoza, el Gobierno de Aragón y Endesa. Una institución, fundada en 1993, que alberga a más de medio centenar de investigadores centrados en la optimización energética y el fomento de las energías renovables. Profesor honorario de la Universidad de Pekín, ha sido el primer europeo en obtener la medalla de oro de ASME, la sociedad de ingeniería mecánica más importante del mundo.
Valero considera que "nos hallamos en puertas de una auténtica revolución industrial y social, en la que emergerán nuevos coches, que serán demandados por una tipología de usuarios también nueva y que impulsarán estructuras energéticas diferentes".
"La generación de energías renovables en Aragón asciende ya al 15%, frente a una media nacional del 7%"
La planta de Figueruelas lleva prácticamente un año luchando por asegurar su futuro. Pero en el Circe vislumbran un porvenir del automóvil muy distinto al actual...
Estamos en vísperas de una auténtica revolución energética, que en Aragón es más acentuada. Aquí la generación de energías renovables asciende ya al 15%, frente a una media nacional del 7%. Esos cambios van a plasmarse, muy especialmente, en el sector del automóvil que, a su vez, los impulsará a gran escala. Los grandes fabricantes ya están trabajando muy activamente y la introducción en el mercado de vehículos propulsados por energías alternativas es un reto afrontado por la industria.
¿Serán coches muy distintos a los actuales?
No sólo los coches, también los usuarios. La concienciación sobre el desarrollo sostenible es imparable. Así que vamos hacia unos modelos ecológicos, pequeños y que serán bastante más duraderos. Esos automóviles limpios y robustos recuerdan a los míticos Mini y su perfil se acerca al Corsa. La estructura de consumo actual viene a gastar el 30% en vehículos que usan residuos fósiles y generan muchas emisiones. Si esos vehículos cambian, la situación ambiental también mejorará sustancialmente.
Pero todos los grandes cambios implican víctimas, aunque los beneficios compensen sobradamente después. ¿Qué va a pasar con los proveedores de Figueruelas?
Las auxiliares del automóvil tienen un gran nivel y capacidad tecnológica. Ese know how es un tesoro que sería imperdonable desaprovechar. Su preparación puede ser perfectamente orientada para transformarse en proveedores verdes. Creo que el valle del Ebro, que tiene la suerte de disponer de recursos adecuados; puede ser un Silicon Valley de las energías renovables.
¿Esperan que se produzcan muchas resistencias en este proceso de cambio?
Toda transformación choca con resistencias. Es algo normal, pero los sistemas que aportan ventajas acaban imponiéndose. Además, en este caso, Obama parece empeñado con los coches eléctricos y, cuando los americanos apuestan decididamente por algo, terminan por arrastrar a los demás. Los europeos tendremos que espabilar, si no queremos ser meros compradores de tecnología verde, cuando hemos sido pioneros en defenderla.
¿Es la tecnología lo que puede asegurar el futuro de Figueruelas?
Yo creo que, cuando menos, debe esforzarse para concentrar potencial investigador y no limitarse a fabricar coches. Existen iniciativas, como la Fundación del Hidrógeno, que pueden jugar un papel muy importante.
Ahora, la primera preocupación, la más acuciante, es el empleo.
Nosotros acabamos de concluir un análisis sobre el impacto que los cambios de estructura están teniendo sobre la ocupación laboral y el propio tejido industrial en Aragón, para diseñar una proyección de futuro. Ahora mismo hay ya en esta comunidad 150 empresas, que suministran tecnología o componentes al sector de las energías renovables. Se han creado 2.500 empleos directos y 1.300 indirectos. Es ya un tejido capaz de absorber bienes de equipo, que los proveedores de Figueruelas están capacitados para suministrar.
Oportunidad para Figueruelas
La apuesta de Aragón por las energías renovables puede convertirse en toda una oportunidad para Figueruelas, la planta de Opel que tiene General Motors (GM) en Zaragoza y cuyo futuro se debate desde hace unos meses. Este sector, cuya importancia industrial y sobre el empleo ha crecido espectacularmente en los últimos años, puede constituir la clave para la tecnología de los coches del futuro.El impacto de las renovables incluye varios frentes que el Gobierno autonómico de Aragón está estudiando con mucha atención. Por una parte, facilitaría la atracción de tecnología hacia la planta, instalada en una zona que empieza a potenciarse como el Silicon Valley español de las renovables. La Fundación del Hidrógeno es uno de los pasos prometedor en esta dirección. Además, la alta preparación de la red auxiliar facilitaría su reconversión como proveedores de componentes para un sector emergente. En este contexto, las investigaciones del Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (Circe) están cobrando también un papel decisivo. La incorporación de empresas de la talla de Samca o Taimweser, añadidas a la de Endesa, la Universidad de Zaragoza y el propio Gobierno autonómico, demuestra el interés por apoyar los trabajos que están perfilando un futuro que, hasta muy pocos años, parecía más propio de la ciencia-ficción que de esa realidad que, inexorablemente, parece avecinarse.