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José Ramírez (Ecoembes): “Lo que hacemos es complementar la formación universitaria aportando un valor añadido”

La compañía sostiene que la educación práctica es el motor que permitirá a las nuevas generaciones liderar la transición hacia envases más sostenibles. Por ello, ha sido reconocido por CincoDías con la Acción Empresarial más Innovadora ligada a la Universidad

Desde hace años, buena parte de la innovación en sostenibilidad nace en silenciosos laboratorios universitarios. Pero para Ecoembes, ese laboratorio, tal y como explica José Ramírez, director técnico y de innovación, no está en un edificio, sino “en toda la comunidad de La Rioja”. Con esa idea germinó en 2017 el Aula Ecoembes, un proyecto que quería reducir la distancia entre el rigor académico y las urgencias reales de la economía circular. Ocho años después, esa semilla ha dado un salto decisivo con la incorporación de U4Impact, una alianza que ha permitido abrir las puertas del Aula a universidades de toda España y conectar a cientos de estudiantes con retos reales en ecodiseño, nuevos materiales y reciclaje. El resultado: más de 60 trabajos académicos convertidos en soluciones aplicables y un modelo de innovación abierta. Dicho esfuerzo le ha valido el Premio CincoDías a la Acción Empresarial más Innovadora ligada a la Universidad.

Pregunta: El Aula Ecoembes nació en 2017 junto a la Universidad de La Rioja. ¿Qué necesidad del sector motivó su creación y por qué era prioritario conectar empresa y universidad en economía circular?

Respuesta: Cuando nosotros montamos el Aula Ecoembes en 2017 en Logroño, lo orientamos desde el punto de vista de que fuera un laboratorio de la propia comunidad en sí. Para nosotros, el laboratorio no es solo el edificio de TheCircularLab, es toda la comunidad de La Rioja y alrededores. ¿Cómo lo enfocamos? Vimos la necesidad que había en que los profesores, estudiantes e investigadores adquirieran más conocimiento en cuanto a economía circular. Y, sobre todo, porque ya habíamos detectado que era tendencia este conocimiento de economía circular dentro de las universidades para generar empleo verde.

P: ¿Cómo ha evolucionado el Aula desde entonces y qué ha supuesto dar el salto a una alianza como U4Impact en 2025?

R: La evolución fundamental que ha tenido el Aula ha sido abrirla, y esto ha sido posible gracias a U4Impact. U4Impact nos da, principalmente, dos cosas. Primero, nos proporcionó esa apertura. Antes, nuestro ámbito de trabajo estaba centrado en la comunidad de La Rioja. Gracias a U4Impact, nos abrimos a otras universidades y entidades. Segundo, nos permitió llegar a lugares donde antes era complicado acceder. Siempre hay cierto desajuste o falta de sincronía entre el día a día de las empresas y el de los estudiantes universitarios. U4Impact nos facilitó, de forma sencilla, este acercamiento entre el mundo empresarial y el universitario.

P: ¿Qué tipo de retos reales planteáis a los estudiantes en ámbitos como ecodiseño, nuevos materiales o innovación en reciclaje?

R: Observamos que el estudiante universitario tiene mucha ilusión y muchas ganas de hacer proyectos en los que realmente pueda ver la utilidad de lo que está aprendiendo, del conocimiento que está adquiriendo. Nuestro objetivo es proporcionarle, a través de metodologías innovadoras y de la interiorización de estas herramientas, la posibilidad de canalizar toda esa ilusión y esas ganas hacia proyectos realmente útiles. Ese es el fundamento principal. Lo que hacemos es complementar la formación universitaria, aportando un valor añadido que refuerza lo que ya aprenden en la universidad.

P: ¿Cómo se definen esos retos estratégicos? ¿Qué criterios usa Ecoembes para trasladar necesidades reales a los equipos universitarios?

R: Trabajamos con retos que tienen su origen en nuestras empresas adheridas y en nuestros clientes. Los clientes que forman parte del sistema de Ecoembes nos hacen llegar estos retos, y los filtramos junto con el Aula y, desde el último año, con U4Impact. Cada año seleccionamos tres retos que abordan desafíos reales del sector y de nuestras empresas, fundamentalmente relacionados con el packaging y la circularidad. En este contexto, entendemos la circularidad como algo muy transversal y la aplicamos a través de la innovación en nuevos materiales y tecnologías, especialmente en un área poco explorada: el mundo de los residuos. Allí no se trata de inventar nada nuevo, sino de aplicar tecnologías existentes de manera eficaz.

P: Habéis logrado que más de 60 TFG y TFM se transformen en soluciones con impacto directo. ¿Cómo se asegura esa transferencia y qué procesos seguís para evitar que se queden en teoría académica?

R: Nuestra apuesta se articula fundamentalmente en tres ejes. El primero es contar con un colaborador como la Universidad de La Rioja, con todo el apoyo tanto del equipo rector como del equipo investigador. Eso es fundamental, porque sin ellos no hacemos nada. Es una universidad pequeña, manejable entre comillas, y muy implicada. Te atienden, te escuchan y para ellos eres algo importante; igual que ellos lo son para nosotros. El segundo aspecto clave es que todo esto que estamos haciendo llegue a los universitarios, darlo a conocer. Es esencial que los estudiantes conozcan estas oportunidades, porque puede ocurrir que pases por tu vida universitaria sin enterarte de que existen iniciativas como esta. Y el tercer pilar es nuestro modelo de innovación abierto y colaborativo. Trabajamos en abierto, no guardamos nada. No tenemos un modelo de innovación interno para Ecoembes: los retos vienen de nuestros clientes y también del objetivo de hacer más eficientes nuestros procesos internos. Pero después lo compartimos todo.

P: ¿Qué indicadores consideráis más relevantes para medir el éxito de esta iniciativa?

R: Hay una forma directa de medir el éxito, más intuitiva, y otra indirecta. La forma directa es bastante clara: los resultados, las notas que obtienen los estudiantes cuando realizan los proyectos. Luego hay otro indicador que a nosotros nos gusta especialmente: cada año tenemos más demanda. Cada año hay más universitarios que quieren participar en los programas, y para nosotros eso es fundamental. Después están los indicadores indirectos, que son más difíciles de medir, pero igualmente importantes. Es ese orgullo de ver que cada vez hay más profesionales —antiguos universitarios hace muy poco— que han interiorizado las herramientas y la innovación como una forma de trabajar, integrando la circularidad en todas sus actuaciones.

P: ¿Creéis que el modelo Aula Ecoembes – U4Impact es replicable en otras universidades o sectores industriales? ¿Qué condiciones serían necesarias?

R: A nosotros nos encantaría que esto se replicara. No somos los únicos; hay mucha gente que está haciendo cosas. Al final, lo que queremos es que el impacto de todas estas actuaciones, especialmente en circularidad, se multiplique. Estamos encantados de que se replique y, para ello, lo que se necesita son colaboradores implicados, como en este caso el Aula de La Rioja. Es fundamental que se conozca el proyecto en el que estamos embarcados y contar con equipos con muchas ganas de trabajar. También es importante acompañar mucho. Los equipos tienen un tutor universitario, pero nosotros lo complementamos con un tutor de Ecoembes para que haya un puente entre el mundo universitario, con su rigor, y el mundo profesional.

P: ¿Cómo garantizáis que los proyectos desarrollados puedan escalar o integrarse en procesos reales dentro de Ecoembes o en empresas del sector?

R: Garantizarlo no se puede garantizar. Lo que sí hacemos es trabajar para que, aun sin garantía plena, los proyectos no caigan en saco roto. Nuestro objetivo es que, como mínimo, el reto que se aborda sea real, que se trabaje de forma estructurada y con una metodología sólida, y que aporte valor al estudiante o al investigador. A partir de ahí, ¿qué hacemos? Fundamentalmente, presentar los resultados a nuestras empresas y subirlos a nuestra base de conocimiento. Todo lo que hacemos es de libre acceso. La innovación abierta va precisamente de eso: de que esté disponible para todo el mundo y, a partir de ahí, cada uno pueda generar nuevas cosas.

P: Mirando al futuro, ¿cuáles son los próximos retos o líneas de trabajo que queréis impulsar desde el Aula para seguir alimentando la innovación en envase y economía circular?

R: Lo que tenemos como horizonte para los próximos años es que el nuevo Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases (PPWR) establece objetivos muy ambiciosos y, además, muy claros y cuantificados. Esos objetivos van en la línea de la reducción, la reutilización y el reciclado a escala. A nosotros nos gusta pensar que, ante toda esta presión normativa, surgen oportunidades: oportunidades de nuevos modelos de gestión. Y aquí estamos viendo una muy clara. Queremos entender cómo nuestras empresas, nuestros clientes, innovan para hacer que su envase sea diferencial, especialmente desde los puntos de vista de la reutilización y del relleno. Creemos que en los próximos dos, tres o cuatro años esta será la tendencia más potente que vamos a afrontar.

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