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La importancia del pensamiento humano en la era de la inteligencia artificial

Sonia Contera, profesora de la Universidad de Oxford, diserta sobre la paradoja de desear unos avances que dependen de una ciencia que el ser humano todavía no sabe resolver

Manme Guerra

Hay preguntas y reflexiones que siguen resonando en la cabeza tiempo después de haberlas escuchado. Es lo que les pasó a muchos de los asistentes a los XVIII Premios CincoDías a la Innovación Empresarial en la noche del jueves. La responsable de esas inquietudes fue Sonia Contera, directora asociada del departamento de física de la Universidad de Oxford, encargada de clausurar la gala de entrega de los galardones, que cuentan con el patrocinio de Repsol y CaixaBank y la colaboración de Cosentino y L’Oreal Group.

En el coctel posterior, la física y nanotecnóloga, fue una de las personas más solicitadas para seguir hablando de la gran paradoja que atraviesa nuestro tiempo y de la que trata también su último libro Seis problemas que la ciencia no puede resolver (Arpa). “Los conocimientos y capacidades que más deseamos, aquellos que encarnan nuestras ambiciones más audaces —viajar por el espacio, desentrañar la urdimbre última del universo, prolongar la vida, construir máquinas inteligentes, descubrir formas de vida en otros mundos— dependen, todos ellos, de una ciencia que aún no sabemos resolver. No se trata simplemente de un problema técnico pendiente, sino de una incomprensión más honda, estructural, que toca el núcleo mismo de nuestra manera de conocer el mundo”, afirmó Contera durante su clase magistral en el auditorio de CaixaForum Madrid.

Empezó su disertación haciendo un repaso de los hitos científicos del siglo XX, ya que, sostiene, todo lo que se hace ahora nace en ese periodo de tiempo. Entre los ejemplos que puso, dos llamaron la atención al relacionarlos con el desarrollo la inteligencia artificial, tema omnipresente en casi todos los rincones del mundo en los últimos años. El primero fue la máquina de Alan Turing. Y el segundo, las investigaciones del español Santiago Ramón y Cajal sobre las neuronas y las redes que conforman en el cerebro humano. “Uno de sus discípulos, Lorente de No, fue uno de los actores clave del nacimiento de la cibernética y del origen de las primeras redes neuronales artificiales en las que se basa la IA actual”.

El impulso de la IA lleva aparejado en los últimos años el desarrollo de los microchips, esos diminutos objetos que hacen moverse en Bolsa a las empresas fabricantes y conseguir unas cifras de capitalización que marean con solo leerlas. La profesora se mostró rotunda al afirmar que ya no se pueden hacer más pequeños. Y trató también de otro de los desafíos a los que se enfrentan las grandes compañías tecnológicas, la energía que consumen los ordenadores cuánticos, que calificó como “aún enigmáticos”. Frente a ellos sacó a relucir una alternativa, los ordenadores neuromórficos y las nuevas formas de computación analógica y bioinspirada. Recordó en este punto que el cerebro que apenas necesita energía para funcionar y llevar a cabo procesos complejo.

Otro de los asuntos de actualidad que trató Contera fue la longevidad. Una reciente conversación de los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping, trajo de nuevo a los titulares la idea de vivir más de cien años. “Hoy eres un niño a los 70 años”, afirmó Xi. A lo que Putin contestó que “gracias a la biotecnología los órganos humanos podrán ser trasplantados constantemente”. “Las personas podrán vivir cada vez más tiempo e incluso alcanzar la inmortalidad”, añadió el líder ruso. Y su contertulio apuntó que “las predicciones apuntan a que este siglo se pueda vivir hasta los 150 años”. Una foto de ambos sirvió a Contera para asegurar que la biología, antes centrada en el estudio del entorno y cómo crear medicinas, ahora pone el foco en el envejecimiento. Y señaló que “el científico ha dejado de ser un funcionario para ser una especie de estrella”, con la creación de grandes empresas de biotecnología que atraen los mejores talentos de todo el mundo.

Con respecto a los físicos, Contera expuso que lo que intentan con sus estudios es entender como se relaciona el ser humano con la realidad. “La física no solo se basa en razón y lógica, sino en intuición. A partir de ahí, creamos modelos para entender el mundo.

Antes de concluir, hizo énfasis en la importancia de que el ser humano, en un momento en el que la inteligencia artificial está presente en cada vez más ámbitos, siga pensando por sí mismo en vez de delegar a las máquinas la tarea de discernir que es bueno o malo, o verdadero o falso. “Creo que la principal reflexión que tenemos que hacer ahora es pensar sin ideología, sin creernos los mejores, pensar mirando a la realidad. Pensar es la pregunta decisiva. No cómo inducir en las máquinas una imitación del pensamiento, sino mantener el verdadero significado de pensar”.

La clase magistral de Contera fue el cierre de una nueva edición de los Premios CincoDías a la Innovación Empresarial que en esta ocasión han reconocido las iniciativas de ITP Aero, Ecoembes y LaLiga, así como el proyecto de Macami Biotech y la trayectoria de Manuel Manrique, presidente de Sacyr.

Sobre la firma

Manme Guerra
Redactora de la sección Fortuna, donde escribe de recursos humanos, empresas, sostenibilidad, lujo y estilo de vida. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de la Escuela de Periodismo UAM-El País. Ha trabajado en El País, Vozpópuli, Microsoft News y la revista ¡HOLA! antes de incorporarse a Cinco Días en 2022.
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