El 'nearshore' en Europa pone sus ojos en España
En los últimos tiempos, las empresas han encontrado en la externalización de sus procesos de negocio una vía eficaz para minimizar sus costes y flexibilizar la situación de sus plantillas. La India, Filipinas y, más recientemente Latinoamérica, han sido, y siguen siendo, puntos de offshore tradicionales para compañías de todo el mundo.
Sin embargo, la propia dinámica de un mercado cada vez más competitivo y saturado, ahora además convulsionado por la actual situación de crisis económica, ha motivado la búsqueda por parte de las compañías de otros modelos alternativos, cuyas ventajas no se circunscriban exclusivamente en la reducción de costes por mano de obra.
Uno de los objetivos es favorecer, a través de una mayor cercanía, una mejor interacción y control de las actividades y, por lo tanto, poder ofrecer garantías superiores de la calidad en la atención al cliente.
Es precisamente la necesidad de aumentar la proximidad, tanto geográfica como en usos horarios y hábitos culturales, lo que ha contribuido al impulso del concepto de nearshore como una opción en alza orientada a ofrecer un mejor servicio. Se trata de un modelo que ya funciona desde hace tiempo en el resto de Europa, y en el que España hoy destaca como un mercado estratégico para Europa y África.
La posición ventajosa de España como destino nearshore para Europa no radica en el coste de su mano de obra, como en el caso de la India y algunas áreas de Latinoamérica, sino en otros factores relevantes. Su proximidad geográfica y situación geopolítica, los aspectos culturales comunes que comparten con sus clientes dentro del marco europeo y su coincidencia o cercanía en cuanto a franja horaria con los principales mercados de la Unión Europea refuerzan el factor estratégico de su ubicación como país para el sector de servicios.
España destaca por su estabilidad política y económica que, junto a los crecientes niveles de desarrollo alcanzados en las últimas décadas, le han convertido en un país avanzado y dinámico, con una mano de obra altamente cualificada y una óptima infraestructura viaria y de comunicaciones. Todos ellos son aspectos claramente importantes para la prestación del servicio de nearshore.
España es además un país diverso y heterogéneo que cuenta distintas áreas clave para el desarrollo de esta actividad, como son Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao o Zaragoza.
Barcelona, muy especialmente, sobresale como una de las ciudades más cosmopolitas y atractivas del mundo, desde el plano cultural, turístico y socioeconómico, lo que la convierte en un entorno privilegiado para la actividad de nearshore en el viejo continente.
Además, el mercado español se caracteriza por la eficaz aplicación de procesos de calidad y el desarrollo de herramientas específicas de monitorización y control. Empresas de diferentes sectores han podido comprobar la eficiencia de soluciones nearshore en España con proyectos que, al mismo tiempo, han permitido reducir sus costes operativos y aumentar el retorno sobre sus inversiones.
Todos estos aspectos subrayan la capacidad de España, no sólo de crecer y desarrollarse desde un punto de vista económico y de negocio, sino también de atraer el talento, lo que le dota de una posición destacada y un futuro prometedor para la actividad nearshore en Europa.
El reto de compañías como Sitel es conservar y potenciar estas ventajas competitivas. Para ello es esencial anticiparse a los cambios que se están produciendo en todo el mundo dentro de este sector, y disponer de todos los elementos para ayudar a las empresas a afrontar nuevos y más complejos desafíos.
Pedro Lozano. Director general de Sitel España