Obama presiona a la banca para que dé más crédito y apoye la reforma financiera
El presidente de EE UU, Barack Obama, reunió hoy a los principales banqueros del país para arrancarles dos compromisos esenciales: que den más créditos y dejen de oponerse a la reforma financiera que tiene sobre la mesa el Congreso.
Por segunda vez en su mandato, Obama citó hoy en la Casa Blanca a los doce principales banqueros del país, a los que pidió "que exploren todas las vías posibles" para ayudar a la economía a recuperar un crecimiento sano y vigoroso.
La reunión se produjo en un momento de especial tensión entre la Casa Blanca y Wall Street, después de que ayer, en una entrevista televisada, Obama calificara a los banqueros de "peces gordos" que cobran sus jugosas primas anuales pese a haber sido rescatados por el Gobierno y mientras el país se sume en una tasa del desempleo del 10%.
Tres de los principales banqueros, el presidente y consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein; de Morgan Stanley, John Mack, y de Citigroup, Dick Parsons, no asistieron a la reunión debido a "inclemencias del tiempo", según informó la Casa Blanca.
No obstante, los tres se conectaron a la reunión vía teleconferencia, un esfuerzo que el propio Obama les agradeció públicamente.
Entre los que sí asistieron estaba el presidente y consejero delegado de American Express, Ken Chenault, de JP Morgan Chase, Jamie Dimon y de Bank of America, Ken Lewis, y de Wells Fargo, John Stumpf, además del vicepresidente de Goldman Sachs, Gregory Palm.
En la reunión, que Obama calificó de "franca y productiva", el presidente ofreció un mensaje muy "simple", en sus propias palabras.
"Ahora que los bancos ya están recuperados, después de haber recibido una asistencia extraordinaria con dinero del contribuyente, esperamos de su parte un compromiso extraordinario para ayudar a la recuperación económica".
La idea de la Casa Blanca es que estas entidades, ahora que han abandonado los números rojos, reabran el grifo de la financiación empresarial, para que los pequeños y medianos negocios puedan acometer sus inversiones y crear empleo.
No obstante, los banqueros, escaldados por el exceso de riesgo que acometieron en el pasado, se quejan de que muchos de los clientes no tienen la solvencia necesaria para darles financiación, mientras que los empresarios lamentan que, pese a ser solventes, no obtienen los créditos que necesitan.
"Son problemas que se pueden arreglar", dijo Obama, quien pidió a los banqueros que "exploren todas las vías para ayudar a que la economía se mueva de nuevo".
Las palabras de Obama se producen en un momento en que su popularidad ha caído a los mínimos de su mandato, un 49%, debido entre otros factores al aumento del desempleo y al uso que los grandes bancos han hecho del plan de rescate bancario lanzado el año pasado por importe de 700.000 millones de dólares.
Algunas entidades han devuelto ya la cantidad que invirtió el Gobierno, como ocurre con los 4.500 millones que recibió el Bank of America, o los 25.000 millones de J.P. Morgan.
Hoy mismo, Citigroup anunció un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para devolver los 20.000 millones de dólares recibidos desde 2008.
Se calcula que los 22 principales bancos rescatados han recortado la financiación a los pequeños negocios en 10.500 millones en los últimos seis meses, situación que la Casa Blanca quiere resolver.
Obama aprovechó el encuentro para pedir a los banqueros que dejen de oponerse a la reforma financiera que el Gobierno trata de sacar adelante, y que por el momento ya ha sido aprobada por la Cámara de Representantes. Antes de ser promulgada, deberá ser aprobada por el Senado.
"He notado resistencia por parte del sector financiero hacia estas reformas. La industria ha hecho presión vigorosamente en contra de estas reformas" que estudia el Congreso, dijo Obama.
En todo desafiante, el presidente advirtió que no tiene intención de dejar que el lobby del sector financiero suponga una amenaza para las reformas financieras.
"Si ellos (el sector financiero) quieren pelear en contra de estas reformas de sentido común, estoy más que dispuesto a entrar en esta lucha", dijo.