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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Recuperación significa crear empleo

La evolución tendencial de la actividad económica hasta el tercer trimestre, así como los escasos indicadores que proporcionan información sobre el comportamiento del cuarto trimestre, han desatado la euforia gubernamental hasta el punto de dar por hecho que la Contabilidad Nacional puede cerrar el año con el primer dato positivo de crecimiento tras la crisis, y dejar atrás la recesión. Ojalá se cumpla este augurio, pero parece poco fundamentado, a no ser que se esté produciendo en estos meses un vuelco en el comportamiento de la demanda en España. La economía española acumula ya cuatro trimestres de descenso de las variables en tasa interanual, y con una pérdida de pulso más acentuada en la demanda de inversión y de consumo, con seis y cinco trimestres respectivamente de ajuste. Es cierto que ya en los tres meses del verano algunos indicadores registraron pequeños avances trimestrales, pero es discutible que intelectualmente pueda considerarse que se ha abandonado la recesión por el hecho de que existan avances trimestrales, mientras la actividad registra descensos anuales aún muy severos.

En segundo lugar, y pese a la tentación de saborear constataciones agradables, no debemos considerar el fin de la recesión con un sólo trimestre de avance de la producción agregada, si para certificar el comienzo imponemos el criterio de que deben acumularse dos trimestres consecutivos de descenso. Por lo tanto, convendría, aunque sólo fuese por la fiabilidad que conlleva la confirmación, dar por bueno que la recesión está superada si se acumula un semestre completo de avance del PIB. De hecho, Alemania, que ha registrado ya un pequeño avance en su producto en el tercer trimestre, no ha echado las campanas al vuelo, y su ministro de Economía barrunta que habrá un nuevo descenso de la producción cuando se contabilice el cuarto trimestre.

En todo caso, y tal como el propio Gobierno admite ya, no podremos hablar de recuperación con mayúsculas hasta que no se genere empleo neto, y para que la variable más social de la economía se dé la vuelta, faltan varios trimestres, dado que tiene un componente retrasado muy acentuado. En todo caso, si crece el PIB, aunque no lo haga el empleo, debe considerarse cerrada la recesión, porque la productividad también es una de las variables fundamentales de la economía, y auténtico motor de la generación de riqueza.

Cuándo se recuperará el nivel de riqueza agregada de antes de la crisis y cuándo alcanzará España el nivel de empleo absoluto y relativo de antes de la recesión es difícil de divisar ahora. Sin embargo, ese debe ser el empeño estratégico que debe ocupar y preocupar a la totalidad de los agentes económicos.

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