Lecciones de ayer para la recesión española de hoy
Obra póstuma con discursos del profesor Enrique Fuentes Quintana.
Sostiene el profesor José Barea que los discursos de otro maestro de la economía, Enrique Fuentes Quintana, fallecido en 2007, tienen todavía vigencia: "No tendremos estabilidad y desarrollo si no logramos administrar mejor los programas de gasto público y si no liberalizamos e introducimos competencia en los mercados de factores productivos (trabajo y mercados financieros) y en los mercados de servicios". Fuentes Quintana pronunciaba estas palabras en 1994 y para Barea parece "como si estuviera recomendando al actual Gobierno lo que tiene que hacer para salir de la recesión". Tal vez para algunos, como el Ejecutivo de Zapatero, sus recetas de recorte de gasto no sean válidas en esta crisis financiera. Para otros, las recomendaciones son válidas para cualquier ocasión.
La Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas, presidida honoríficamente precisamente por Barea, ha editado una obra de homenaje a Fuentes con sus discursos en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. En total son 10 capítulos con las palabras del profesor en 316 páginas (36,54 euros).
Pactos de La Moncloa
Fuentes Quintana (1924-2007) fue uno de los primeros estudiantes de la carrera de Económicas cuando se creó, en 1944. También fue uno de los pioneros en doctorarse en esta materia, con una tesis sobre la teoría keynesiana, y desde 1956 fue catedrático, primero, de la Universidad de Valladolid, de la Complutense en 1958, de la UNED 20 años después y emérito desde 1990.
Junto a su labor docente compatibilizó el trabajo en la Administración pública, siempre ligado a los servicios de estudios y como director de una decena de revistas, entre ellas Papeles de Economía Española.
Pero los españoles le conocieron, sobre todo, por su actividad política en unos momentos de dura crisis. El presidente Adolfo Suárez le llamó en 1977 a ocupar la vicepresidencia económica y él aceptó por la "misión difícil, dura y desagradable" que tenía por delante: sacar al país de la recesión. A penas estuvo ocho meses en el cargo, pero de ese tiempo queda el Programa de Saneamiento y Reforma Económica -los conocidos como Pactos de La Moncloa entre todos los partidos del arco parlamentario-.
De su larga y variada experiencia nacen los discursos recogidos en esta obra. Que nadie espere capítulos fáciles, pero algunos pueden convertirse en verdaderas lecciones, por el elevado nivel del auditorio donde fueron pronunciados, y por, como mantiene Barea, la utilidad actual.
Decía Fuentes Quintana en 1987: "El creciente divorcio entre la vida real y el mundo financiero constituye uno de los fenómenos más perceptibles en la actualidad". Y continuaba: "El sistema financiero ha aumentado su fragilidad porque ha incurrido en riesgos no supervisados por las autoridades monetarias debidamente, al utilizarse medios y vías institucionales para las que se carecía de alternativas eficientes de control bancario y de inspección por parte de los bancos centrales". ¿Les suena a algo?
Un economista gris que apareció en 'prime time'
En la España de 1977 podían ocurrir cosas como que el recién nombrado vicepresidente económico del Gobierno diese un discurso de 16 minutos en prime time. Eran tiempos difíciles para la economía y los españoles se encontraron un día en la cena con el desconocido profesor Enrique Fuentes Quintana en sus pantallas en blanco y negro."Buenas noches. Permítanme que les quite unos minutos de su tiempo en esta hora tan familiar y que se lo quite para hablar de un tema siempre enojoso: la economía", se hacía perdonar. Y en estos minutos justificaba su paso a la política, con la UCD de Suárez, por el duro momento económico. Y decía una frase que tal vez otros políticos disfrazados de economistas se deberían haber apuntado: "Las soluciones de los problemas económicos nunca son económicas, sino políticas. No hay oscuras fórmulas técnicas". A la vez solicitaba "esfuerzo y colaboración de todos" para salir de la crisis.Su trabajo político y académico fue premiado con numerosos honoris causa, con el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales o con el Rey Jaime I de Economía.